Opinión Bolivia

  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
  • Actualizado 12:31

Equipos jóvenes para grandes retos

Equipos jóvenes para grandes retos
El equipo técnico que se ha venido ocupando de la grave situación de la laguna Alalay está conformado por cinco profesionales que tienen entre 27 y 35 años y trabajan en el Departamento de Gestión de Recursos Naturales de la Alcaldía de Cochabamba. No solo se ocupan de esa laguna, sino que tienen encima de los hombros a Coña Coña y Quenamari, la serranía de San Pedro, el río Rocha y parte del Parque Nacional Tunari.

En marzo de 2016 sucedió la muerte masiva de peces en la laguna Alalay. Entonces, la responsabilidad laboral se incrementó para este equipo porque, en coordinación con el Comité de Recuperación, Mejoramiento y Preservación de la Laguna Alalay (Crempla), se desarrolló un Plan de Emergencia con 17 puntos.

Entre las tareas que les asignaron, en coordinación con la Gobernación y la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), estaba la limpieza de especies muertas, la oxigenación de la laguna y el monitoreo de la calidad del agua. El equipo de profesionales se encargó de realizar los perfiles de proyectos y términos de referencia para la mayoría de los puntos del plan. En el proceso, el Crempla realizó observaciones a su trabajo, pero fueron subsanadas hasta su aprobación.

El equipo cree que si hubo demoras en la ejecución de ciertas tareas para el salvataje de la laguna Alalay, se debió a procesos burocráticos. “El Crempla exigía que todos los documentos que presentábamos pasen por la MAE (Máxima Autoridad Ejecutiva). Es decir, el alcalde Leyes”, lo cual implicaba más tiempo.

Ahora falta saber si el número de personas del equipo y su aún joven experiencia fueron suficientes como soporte esencial para una tarea tan importante y titánica como salvar la laguna Alalay. La prueba de que no fueron suficientes está en la última decisión asumida entre Gobierno central, Gobernación y Alcaldía de Cochabamba de llevar a licitación la elaboración del proyecto del Plan Integral de Recuperación de la Laguna Alalay, trabajo para el que se destinarán dos millones de bolivianos. Ojalá esto se les hubiese ocurrido ya en marzo o abril en vez de perder tanto tiempo.

Y no es porque ser joven sea malo, todo lo contrario, porque quien está empezando tiene más ganas que cualquier otro, sino porque los desafíos que hoy plantea la situación grave de la laguna Alalay requieren del concurso de más gente y niveles de trabajo de profesionales que en lo posible sean especialistas y expertos en este tipo de problemáticas.

En todo caso, que lo sucedido nos sirva como ejemplo y lección para ver cuánta importancia en número y calidad da la Alcaldía al personal de corte técnico en comparación al político, pregunta que también debiéramos hacernos en relación a otras alcaldías, más en tiempos en los que la falta de agua y la agudización de otros problemas como la contaminación, el avance de los mercados en las ciudades, el caos vehicular y otros no terminan de hallar soluciones y, por ello, se requiere de profesionales de alto nivel y no de cualquier contratación para ahorrarse unos pesos.

Si la Alcaldía tuviera mayor cantidad de personal técnico de primer nivel, los cálculos que desde un principio se hacen para enfrentar los problemas podrían ser más precisos, así el mismo Alcalde se evitaría dolores de cabeza cada vez que su personal mete la pata por falta de experiencia o compromiso.

Ese fue y es el caso de la laguna Alalay, porque no se entiende de otro modo que se dé la impresión de que desde marzo a la fecha no se hizo casi nada, a pesar del dinero disponible y de la maquinaria desplazada. Por ello, si existe un equipo de profesionales, habrá que añadir en el mismo mayor experiencia y vigilancia oportuna de sus aportes, porque en estos tiempos la buena voluntad ya no basta.