El arquitecto, urbanista y exconcejal municipal de Cochabamba Jhonny Antezana manifestó que no hay una normativa que regule las actividades que se realizan en los alrededores de la laguna Alalay.

Si bien hay muchos espejos de agua en el mundo que están rodeados por población, señaló que los trabajos que se realizan en cercanías son controlados para evitar la contaminación del agua.

“No importa que la población esté instalada incluso a menos de 100 metros de estos lugares, lo que se tiene que cuidar son los ingresos de residuos al embalse, tarea que no es difícil de hacer, pero las autoridades no han sabido controlar”.

Dijo que en Brasil hay ciudades como Bello Horizonte y Curitiba, donde las lagunas urbanas son artificiales, así como Alalay, pero son muy cuidadas por las autoridades y la misma población, por lo que se debería tomar esos ejemplos en la ciudad.

Indicó que las lagunas no son sectores para que la gente realice actividades de compras al paso, tal como es el caso del mercado de frutas o que haga actividad deportiva en canchas de fútbol de tierra, como sucede en el sector sur de la laguna.

Sostuvo que el polvo que se genera con la práctica de este deporte termina ingresando al espejo de agua y, de alguna forma, también contamina el recurso hídrico.

Cuestionó los comodatos que se han dado a los clubes de fútbol Aurora y Wilstermann.

“No hay una programación urbanística en el sector ni se ha pensado en que la gente que vive cerca podría sufrir las consecuencias de los daños en algún momento”.

DOS GESTIONES Antezana criticó el cuidado del espejo de agua. Señaló que las exautoridades municipales Gonzalo Terceros y Edwin Castellanos no se preocuparon por controlar el ingreso de agua.

“Hace un poco más de diez años, el municipio dejó en mejores condiciones toda la zona. Se hizo un dragado y era cuestión de mantenerlo con el ingreso de agua limpia”, agregó.

Recordó que hasta la fecha no se ha invertido en campañas de educación y concienciación para dar a conocer la importancia de la laguna para la ciudad.

Señaló que, por este motivo, hay mucha indiferencia de la población por su cuidado.

DIVERSIÓN Durante toda la semana, los alrededores de la laguna se convierten en lugares de distracción para la gente de la zona y personas que vienen de otros sectores. Pero, hay un mal uso de los espacios, pues se vio a muchos ciudadanos tratando de lavar ropa, otros haciendo sus necesidades e, incluso, teniendo relaciones sexuales.

Parejas y familias aprovechan el lugar para comer y dormir sin tomar en cuenta que el espejo de agua está contaminado y podría afectarlos.

Opiniones.

Janeth Apaza

Vecina

Pensé que tenía migraña. Al principio me vinieron unos dolores intensos de cabeza, pero luego me di cuenta de que era el olor de la laguna.

Tengo un niño de nueve años con discapacidad en mi casa y también tiene mareos. No sé qué hacer me da mucho miedo que le afecte.

Germán Rodríguez

Vecino

Mi mamá es adulta mayor está enferma y consume bastantes medicamentos. Lo peor es que no quiere ni comer por los malos olores que hay en la casa. Vivimos encerrados, pero ni así se puede evitar la hediondera. Estamos bastante afectados. Le pido a las autoridades que hagan algo por resolver el problema.

Mirla Cossio

Vendedora

El olor nauseabundo es demasiado. Estar acá todo el día es insoportable. Hay gente que ha decidido no venir a vender hasta que llegue la época de lluvia, porque con el calor el olor se intensifica.

Los clientes vienen y no pueden comprar, porque a veces traen a sus niños y deciden irse rápido para no sentir las molestias. Nuestras ventas han bajado bastante.