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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 17:03

El baldazo de agua fría llamado Trump

El baldazo de agua fría llamado Trump
Ocurrió lo que tanto se temía: Donald Trump será el próximo presidente de Estados Unidos y con ello empezará una nueva era para ese país y, probablemente, para el mundo bajo la batuta de un constructor neoyorquino de 70 años, un outsider de la política y adicto a las cámaras para lanzar discursos machistas y discriminadores.

Los analistas podrán romperse la cabeza tratando de entender las mil y una razones por las que los votantes le dieron la victoria a un hombre de las características de Trump, incluso a pesar de haber generado no solo resistencia interna, sino internacional, motivo por el que las elecciones presidenciales del martes último no solo generaron expectativa en Estados Unidos, sino en el mundo que se sentó a ver de palco los resultados de una contienda tan reñida que tuvieron en vilo hasta la madrugada a políticos y medios de información, mientras las bolsas se caían como señal de temor por un Trump presidente.

Felizmente, el desayuno luego llegó con un Trump más conciliador que de entrada sonó atípico en labios de quien siempre tendía a exagerar con las palabras y esa podría ser, tal vez, una señal de mínima esperanza de que un poco de cordura gobierne en el futuro los actos y discursos del nuevo Mandatario estadounidense, porque de otro modo su ingreso en la Casa Blanca será un infierno para quienes no tienen otra que vincularse con el país del norte, al margen de las decisiones delicadas que deberá tomar en un mundo en el que parte está en guerra y tiene entre sus protagonistas a Estados Unidos. Peligroso por donde se mire.

"Ahora es el momento de la unidad entre republicanos y demócratas", dijo Trump y pidió "gratitud" para su rival derrotada por su gran campaña. "Quiero decirle a la comunidad internacional que pondremos los intereses de América primero, pero negociaremos con justicia", indicó haciendo de ese modo referencia a los tratados comerciales internacionales. No mencionó los elementos más polémicos de su campaña.

¿Este discurso conciliador incluirá a mujeres y latinos, a los que no paró de ofender con comentarios machistas y xenófobos? No se sabe. Lo que está claro hoy es que Trump necesitará de muchos discursos y acciones conciliadoras para evitar que la incertidumbre que su elección ha ocasionado en el mundo continúe, porque esto le haría mucho daño a la economía.

No hay que perder de vista que lo peor para cualquier economía es la incertidumbre y el temor, capaces de hacer grandes agujeros allá donde antes había fortaleza. Es el caso de Estados Unidos, con una aún débil recuperación económica que tendrá que ir creciendo.

Precisamente, eso se vio la noche del martes en que el mundo se sumió en una pesadilla nocturna. Los mercados recibieron la noticia de que Trump acariciaba la presidencia como si un baldazo de agua fría les hubiesen echado encima, porque las encuestas daban la victoria, aunque con poco margen, a Clinton. La reacción en números no se dejó esperar. El peso mexicano, cuya evolución era una referencia para medir a su vecino del norte, pasó la noche del martes por una de las peores turbulencias de su historia. Aunque al cierre de las operaciones bursátiles la divisa se ubicó en 18.50 pesos por dólar, a las 21.00 (hora del este de Estados Unidos), la moneda se depreció súbitamente un 8 por ciento . El billete verde se depreció por su parte un 3 por ciento con respecto a la cesta de divisas.

Los gobiernos han reaccionado con cierta cautela. A muchos no les queda otra que ser diplomáticos y enviar sus congratulaciones; pero en el rostro de mandatarios y periodistas se percibe que esta fue una de las peores noticias del mes y, tal vez, del año.