Las frutas deben ser comidas con el estómago vacío y no después de las comidas. En la dieta diaria se acostumbra a comerlas como postre y no antes de la merienda.

La recomendación la realiza la nutricionista Sonia Espinoza. La explicación de la profesional es que de esta manera será posible desintoxicar el organismo y suministrar gran cantidad de energía.

Si se come dos rebanadas de pan y luego una rebanada de fruta se impide que el vegetal llegué con rapidez al estómago. Si se consume harina junto con la fruta se fermenta y se convierte en ácido.

En el momento que el fruto entra en contacto con la comida, los jugos estomacales y digestivos, toda la masa del alimento comienza a descomponerse.

Por lo tanto, es indispensable comer la frutas con el estómago vacío. Algunas personas se quejan porque, por ejemplo, al comer una sandía sufren de hinchazón de estómago. Esto no sucede si no se mezclaran los alimentos.

En el caso de algunas frutas ácidas como la naranja y el limón, estos se vuelven alcalinos en nuestro cuerpo y no deben ser combinados con otras.

Se aconseja el ayuno de frutas durante tres días para limpiar o desintoxicar el cuerpo. Si se come una fruta de postre luego de una cena, y se pasa el resto de la noche con pesadez en el estómago y un desagradable sabor en la boca, es porque no se la comió de manera adecuada.

De acuerdo a la investigación realizada por el médico Herbert Shelton, la manera correcta de ingerir las frutas es el secreto “de la belleza, la longevidad, la salud, la energía, la felicidad y el peso normal”.

Cuando se trata de beber jugos solo se lo debe hacer de productos frescos y no de latas, envases o botellas guardadas.

Tampoco es recomendable consumir bebidas que se han calentado o frutas cocidas porque no obtiene ningún nutriente.

Comer una fruta entera es mejor que beber el jugo. Se lo debe hacer lentamente, de bocado a bocado, porque hay que dejar que se mezcle con la saliva antes de tragarlo.

ALGUNAS VIRTUDES

KIWI

Esta fruta es pequeña pero poderosa debido a que es fuente de potasio, magnesio, vitamina E y fibra.

Su contenido de vitamina C es el doble de la de una naranja.

Se aconseja consumirlo por la mañana en del desayuno. Refuerza el sistema inmunitario, rebaja la hipertensión y evita las alergias.

FRESA

Las fresas tienen el más alto poder antioxidante entre las frutas.

Protegen el cuerpo contra el cáncer , previenen la obstrucción de vasos sanguíneos, entre otros beneficios para el organismo.

Una taza de fresas tiene unas 43 calorías. Además, contienen fibra, que ayuda a regular los procesos digestivos y a reducir la sensación de hambre.

SANDÍA

Esta fruta está compuesta por 92 por ciento de agua y está llena de una dosis gigante de glutation (antioxidante), que ayuda a elevar el sistema inmunológico de las personas.

Contiene un alto nivel de antioxidantes, ideal para prevenir el envejecimiento y mantener en estado óptimo nuestros tejidos.