Milán es la capital de la moda italiana e internacional. La ciudad acoge, en el llamado “Cuadrilátero de oro de la moda”, joyerías, boutiques de diseño y decoración y talleres de las más importantes firmas de moda del mundo.

El “Cuadrilátero de la moda” es llamado así porque está delimitado por cuatro calles – Vía Montenapoleone, Vía Alessandro Manzoni, Vía della Spiga y Corso Venecia. Es considerado el barrio por excelencia donde se puede encontrar las extraordinarias creaciones de los mejores diseñadores italianos y extranjeros.

Ahí, en ese exclusivo y popular lugar, en el interior de la boutique DAAD están los diseños de la empresa de moda Andrea Ya’aqov, dirigida por la diseñadora tarijeña Andrea Navajas Alandia.

Andrea Ya’aqov fue lanzada hace tres años con el objetivo de proponer un estilo particular y exclusivo, cuenta Navajas.

“No quería proponer un estilo muy comercial, buscaba algo diferente que se acerca mucho a desing japonés, minimalista que toca el black. La primera colección que lanzamos era totalmente negra y se inspiraba en el tema geométrico que tenemos en nuestras culturas andinas”, asegura Navajas en la entrevista con Oxígeno.

La diseñadora tarijeña apuesta sobre todo por una producción italiana, ya que la ropa “made in Italy” tiene mucha importancia en el mundo de la moda.

“Mi objetivo es presentar colecciones que no se encuentren en todo lugar, no sigo mucho las tendencias, ni tampoco lo que dicta la línea comercial”

Actualmente, la marca Andrea Ya’aqov se encuentra en boutiques de Hong Kong, Shanghai, Seúl, Taipei, Tokio, Osaka, Los Ángeles, New York, San Francisco, Laguna Beach, Moscú, Berlín, Frankfurt, Munich, Milán, Roma, París, entre otros.

“El sueño que tengo es abrir una boutique dedicada solamente a la marca Andrea Ya’aqov y me gustaría abrirla en las ciudades más importantes de Estados Unidos y Asia”.

Otro proyecto que tiene la talentosa diseñadora tarijeña es que sus diseños utilicen el sello “made in Bolivia”, toda vez que considera que en el país hay un gran capital humano.

“Me gustaría hacer algo por mi país, con mi marca crear fuentes de trabajo y aprender de lo que sabemos hacer. En Bolivia tenemos un capital humano increíble, hay cosas que hacemos en Bolivia que aquí ya no hacen, como los bordados o las chompas tejidas a mano, todo eso es un lujo y es muy difícil encontrar”, finalizó.

Navajas ganó el destacado premio Rosa Camuna en la región de Lombardía a mediados de este año. El mencionado galardón fue creado en 1996 y fue entregado por primera vez en 1997. Desde el 2014, se distingue con el premio a todos aquellos que dan un aporte significativo al desarrollo económico, social, cultural y deportivo en la región de la Lombardía en Italia y que por ello son reconocidos públicamente por su empeño y creatividad.  La ceremonia de premiación este año se realizó en Mantova, en el espléndido teatro de Bibiena, donde en una oportunidad Mozart deleitó con su genialidad a través de un concierto de piano.