Bolivia ocupa el puesto 10 de generosidad en América Latina y el lugar 70 en el planeta, según el Índice Mundial de Donaciones que elabora la Charities Aid Foundation (CAF, Fundación para la Caridad), que promedia el porcentaje de personas en cada país que donaron dinero, se ofrecieron voluntariamente o ayudaron a un extraño en el mes anterior.

Según informó la cadena de noticias CNN, cuando se trata de la generosidad, pocos países pueden igualar a Birmania que, por tercer año consecutivo, lideró el ranking. La nación del sudeste de Asia volvió a superar a Estados Unidos, que fue el número dos por segundo año consecutivo. De acuerdo con el estudio, el 91 por ciento de los residentes de Birmania dio dinero a la caridad en el último año, el 62 por ciento dijo que había ayudado a un desconocido, y el 55 por ciento afirmó que se había ofrecido como voluntario.

"Es importante recordar que nuestro índice mide a los países por la proporción de la población que dona y no por la cantidad que donan", dijo el director de medios de la CAF, Simon Ward, a CNN. "Los desastres y adversidades tienden a conducir a un aumento del número de personas que donan". Birmania sufrió graves inundaciones en 2015. El equipo de la CAF señaló que los continuos resultados positivos de Birmania en su encuesta podrían estar relacionados con las creencias religiosas y culturales de su población. Un gran número de esas personas son budistas practicantes de la rama Theravada, donde las frecuentes y pequeñas donaciones son la norma.

Por otro lado, ningún país de América Latina entró en el listado de los 20 más generosos este año. El primero que aparece en la lista es Guatemala, que se ubica en el puesto 29 a nivel mundial. Le sigue Panamá, con la posición 33 global, seguido de República Dominicana (36). Las últimas posiciones de esta región se las llevan Venezuela (117), México (107) y Paraguay (101).

Sin embargo, el informe señala que América (incluyendo Estados Unidos y Canadá) han mejorado su generosidad. Destaca en particular el caso de Perú, el tercero en la lista de países que más aumentaron su puntaje, subiendo más de 50 posiciones en la lista. Brasil subió también más de 40 posiciones, y Ecuador cerca de 35.

Como en el caso de Birmania, que Bolivia ocupe un digno décimo lugar en Latinoamérica tampoco puede ser casual. Y es que nuestro país tiene una profunda herencia de las culturas indígenas, en las que primó la solidaridad para con el prójimo. Incluso las redes de reciprocidad fueron y son el punto de partida de organización social y política, como el ayni y el ayllu en las culturas quechua y aimara. A más de ello, la pobreza ha obligado desde siempre a las mayorías a conformar redes de apoyo mutuo y complementario.

Ahora bien, como toda conducta humana que se precia de auténtica, el ser generoso no debe confundirse con una pose, con una forma de alcanzar reconocimiento en la sociedad ni tampoco debe hacernos confundir la caridad con la justicia social. La justicia social se basa en ideas y praxis más complejas y estructuradas, pero no es nuestra intención referirnos ahora a estas.

Pensamos, en ese marco, que la generosidad puede también ser una actitud cotidiana de cada uno de nosotros, y que se puede expresar de mil maneras. Son por ejemplo generosos los padres que regalan el mayor tiempo a sus hijos. Son generosos quienes comparten sus conocimientos y experiencia con sus colegas de trabajo. Es generoso aquel o aquella que, sin permitir abusos, perdona los errores de su pareja. Es generoso quien se acerca al que es discriminado o está solo.

En fin, la generosidad cobra varias formas, muchas de ellas mejores que regalar unas monedas. ¿Ya pensó usted, estimado lector, en su acto generoso de este día?