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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 18:03

Multinacionales dominan la soja en Bolivia y el Cono Sur, según expertos

Multinacionales dominan la soja en Bolivia y el Cono Sur, según expertos

Expertos en temas agrarios alertaron hoy desde Bolivia del dominio que ostentan algunas empresas multinacionales en la expansión del cultivo de soja en el país andino y el Cono Sur.

El asunto es parte de la temática que se debate en el simposio "Repensando el modelo agrario boliviano", que comenzó hoy en La Paz por iniciativa de la privada Fundación Tierra.

En declaraciones a Efe, el doctor brasileño en agricultura y desarrollo Valdemar João Wesz dijo que las multinacionales ocupan todos los eslabones de la cadena de valor del cultivo.

El estudioso dijo que tres compañías controlan el mercado regional y mundial de maquinaria agrícola, cuatro las semillas y pesticidas y otras cuatro la comercialización, exportación e industrialización.

Según Wesz, el crecimiento de la soja desde mitad de los años 90 en los países del Cono Sur (Argentina, Brasil, Bolivia, Uruguay y Paraguay) causa conflictos en las zonas donde se quiere expandir el cultivo y ya existen producciones tradicionales, y reduce la extensión dedicada a alimentos de primera necesidad.

También hay campesinos que se integran en el cultivo de la soja, con el riesgo de que los altos costos del negocio los hacen más dependientes de las empresas trasnacionales, hasta el punto de arriesgar sus tierras como garantía de préstamos, explicó.

El modelo boliviano es ligeramente distinto porque, a diferencia del resto de países, una proporción importante de la soja que se exporta se industrializa en el país como aceite o harina.

"Esto es muy importante, la parte industrial agrega valor al producto y genera empleo. En Brasil, más del 70 por ciento de la soja va sólo en materia prima, no tiene valor agregado", razonó el profesor.

Bolivia exporta estos productos a otros países andinos como Ecuador, Colombia o Perú, en lugar de sólo exportar el grano sin procesar a China y Europa, agregó.

No obstante, durante los últimos años Bolivia incrementó la exportación de soja a Brasil y China.

El director de la Fundación Tierra, Gonzalo Colque, señaló por su parte que el negocio de la soja en la región de Santa Cruz (este) produce deforestación para habilitar tierras de cultivo.

Esa fundación está realizando una investigación sobre el sector cuya conclusión preliminar es que "cuatro compañías trasnacionales controlan más del 90 por ciento de la cadena de valor de la soja", dijo Colque a Efe.

Estas compañías no han optado por entrar en la producción primaria, pero construyen los silos, compran el grano, invierten en el "semiprocesamiento", la infraestructura de transporte y la exportación, explicó.

"Los pequeños productores o los grandes acaban vendiendo la soja a una de estas cuatro compañías trasnacionales", dijo, y añadió que estas tienen mucho poder para definir precios de las cosechas y los insumos agrícolas.

Colque atribuyó parte de la falta de competitividad a los altos costes de producción "que no dependen mucho de las decisiones nacionales, sino de las compañías trasnacionales que proveen semillas, fertilizantes y pesticidas".

"Casi todos los estudios coinciden en que los precios de estos insumos agrícolas han crecido a velocidad mucho mayor que los productos finales", argumentó.

Lamentó que los propósitos de los primeros años de Gobierno de Evo Morales en Bolivia para desarrollar un modelo agrícola diferente quedaron "en reconocimientos formales y legales", mientras que fomenta el negocio de la soja pensando que así pueden compensar la caída de ingresos por la bajada de precios de los hidrocarburos.

Wesz señaló que parte de la construcción de un modelo alternativo en Bolivia pasa por valorizar las prácticas agrícolas tradicionales, aunque se debe pensar en alternativas para avanzar hacia una sustitución parcial de la soja donde genera conflictos campesinos, deforestación o daños para la salud.

El brasileño defendió la necesidad de políticas públicas para este fin, ya que la inercia del mercado hace que se cultive lo más rentable sin pensar en otro tipo de impactos, y advirtió que no se puede sustituir la soja "por otro monocultivo" ya que tendría impactos similares.