Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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Lo que el viento se llevó (y lo que nos deja)

Lo que el viento se llevó (y lo que nos deja)
No. No hablaremos del clásico del cine protagonizado por Clark Gable y Vivien Leigh, sino de otro drama, uno nacional y casi igual de azaroso y triste. A imprevistas ráfagas de un fuerte viento que dañaron el escenario se atribuyó este lunes la suspensión del concierto de la banda estadounidense de rock Aerosmith, previsto para este martes en el estadio Ramón Tahuichi Aguilera de Santa Cruz.

Según informó el diario El Deber, la capital oriental registró el lunes un aumento repentino en la intensidad de los vientos entre las 9:00 y las 10:00 horas. Meteorología de Aasana identificó ráfagas de hasta 82 kilómetros por hora en la zona del estadio, cuando la media era de 66. Tal fenómeno causó el hundimiento de parte de la infraestructura montada para la actuación del grupo, cuya llegada había causado mucha expectativa en el país.

Lo demás es historia. Peritos de la producción determinaron la cancelación del recital y la devolución de entradas desde el 1 de diciembre, aunque prometiendo una reprogramación para el próximo año. Los organizadores deslindaron responsabilidades. Aseguraron que la logística para el acontecimiento tenía certificación internacional y que cumplieron con todos los requisitos exigidos por los artistas.

No es nuevo el lamentable perjuicio para los músicos, empresarios, auspiciadores y fanáticos que —incluso desde otros departamentos, con todos los gastos que ello implica, más allá de los costosos tickets— esperaban el recital. En los últimos años, son al menos cinco los músicos que han cancelado conciertos en Bolivia por fallas organizativas, imprevistos de último momento y hasta estafas. Habrá que decirlo, no todos los que pensaban venir tenían la talla de la trayectoria de Aerosmith (banda que, habrá que decirlo también, está activa desde 1971 y ya anunció su despedida para el 2017).

Y es que, lamentablemente, Bolivia está al margen de los circuitos de espectáculos de gran magnitud en Latinoamérica. Los bolivianos afectos al consumo de cultura tenemos muchas razones para envidiar a nuestros vecinos. Para poner las cosas en perspectiva —y sin tomar en cuenta a países de industria cultural consolidada como Brasil o Argentina—, el ahora Premio Nobel de Literatura Bob Dylan actuó ya tres veces en Chile, los Rolling Stones se presentaron en Perú e incluso Metallica llegó a Paraguay para dar un concierto. Queda entonces claro que en el país es prácticamente inexistente el sector empresarial dedicado a los espectáculos internacionales, una actividad, dirán en su defensa algunos, muy riesgosa por diversos factores. La pregunta sin embargo es: ¿cómo creamos un hábito de consumo de shows de calidad si nunca empezamos?

Viendo cómo andamos por casa, en Cochabamba la situación es también desoladora, pues a la Llajta no llegan ni siquiera los medianos ídolos del pop que sí suelen actuar en otros departamentos. La penúltima banda importante de la escena internacional que actuó en Cochabamba fue Babasónicos, en 2008, a instancias de una cervecera y en la Feria Internacional de Cochabamba. Ni las cervecerías ni la Feicobol posteriormente nos volvieron a sorprender con algo grato. Fruto de un esfuerzo particular —ciertamente con falencias en la organización—, hace poco actuó otro grupo importante, Illya Kuryaki and the Valderramas, ante un reducido público y tras haber suspendido un concierto en La Paz. Y pare de contar.

Bien podría el Estado suplir la carencia de iniciativa privada. Pero el Ministerio de Culturas —que hace unos años trajo a cantautores como Silvio Rodríguez y León Gieco— parece ahora más abocado a la promoción del Rally Dakar. La Gobernación, por su lado, seguramente argumentará que no tiene presupuesto. Y la Alcaldía podría pensar que con la costosa llegada de Chino y Nacho para la Serenata a Cochabamba fue más que suficiente.

Así las cosas, como sucede con el cine, los bolivianos tendremos que seguirnos conformando con ver a grandes artistas solo en las pantallas.