Un teniente coronel de la Policía de Cochabamba permanece detenido en celdas de la fuerza anticrimen de Quillacollo desde ayer a las 9:00 de la mañana, cuando fue capturado con un mandamiento de aprehensión emitido por la Fiscalía. Se trata del gobernador del penal de San Pablo de Quillacollo, Limbert Z.B., confirmó ayer el fiscal departamental Ever Veizaga.

La autoridad fue sorprendida, in fraganti, cuando consumía alcohol en el local Las Gallinas, situado cerca de la Plaza de Papas del municipio de Quillacollo. Ahora es investigada por los delitos de incumplimiento de deberes, favorecimiento a la evasión y uso indebido de influencias.

Todo comenzó a las 14:30 del sábado 1 de octubre, cuando un informante que no se identificó llamó para avisar que dos reclusas de San Pablo habían salido de la cárcel y estaban bebiendo en Las Gallinas. Efectivos de inteligencia del grupo Comando Especial de Inteligencia Policial (CEIP) acudieron al lugar en busca de las dos reclusas, que fueron identificadas como Dany Becerra Villanueva y Karen Fernanda Fernández Aguilar, que purgan condenas por asesinato y tráfico de sustancias controladas desde 2006 y 2012, respectivamente. Las dos mujeres bebían en compañía del gobernador de la cárcel. Este, al ver a los oficiales del CEIP se fue sin darles explicaciones.

Los oficiales aprehendieron a las dos internas y el fiscal de turno, César Pedro Adrián, las imputó por el delito de evasión que, de acuerdo al artículo 180 del Código Penal, podrían ser sentenciadas a una pena de tres a cinco años de prisión. Fueron devueltas a San Pablo por orden del juez.

En cuanto al gobernador del penal, Limbert Z.B., fue capturado con un mandamiento de aprehensión fundamentada de la Fiscalía. El comandante de guardia del penal, Wilson Q., cuestionado por la salida de las internas, explicó que permitió la irregularidad por orden del gobernador de la cárcel.

De acuerdo a la orden de aprehensión, el teniente coronel es investigado por tres delitos y si fuera hallado culpable, se expone a una condena de uno a cuatro años de reclusión. “Se está evaluando todos los antecedentes para efectuar la imputación formal ante el juez cautelar”, explicó el fiscal Veizaga.

Este no es el primer caso en el que un jefe policial sale con reclusos de un penal. Hace años, también en San Pablo, un coronel fue sorprendido cuando jugaba con ellos en un frontón de Quillacollo. No fue investigado por la justicia ordinaria.