Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
  • Actualizado 10:00

CON UNA CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA Y BAILES, MIGRANTES MOSTRARON SU DEVOCIÓN A LA PATRONA DE BOLIVIA.

Copacabana reúne a los bolivianos en West Palm Beach

Copacabana reúne a los bolivianos en West Palm Beach



Vestidos de diablos, morenos, kullawas, pujllay y de otras danzas folclóricas, al menos 600 bolivianos llegaron desde distintas ciudades de los Estados Unidos hasta West Palm Beach, distante a una hora de Miami, para celebrar la fiesta en devoción a la Virgen de Copacabana.

Todo comenzó a las 10 y media del sábado 27 en la iglesia St. Luke, donde los compatriotas junto a los pasantes mayores de la fiesta, Jorge Pacheco y Edith Añez, se reunieron para escuchar la misa dedicada a la Patrona de Bolivia.

Dos horas y media después, el numeroso grupo de migrantes se trasladó al local Phi Delta Kappa. Ahí, los pasantes llegaron cargando una réplica de la Virgen, mientras los devotos echaban la tradicional mixtura y pétalos de flores.

Una vez en el lugar, la música folclórica comenzó a sonar y arrancó una especie de mini Entrada folclórica, así como se realiza en Bolivia cuando se celebra una fiesta patronal.

Como si estuvieran en su añorada tierra, los bolivianos devotos de Copacabana bailaron la kullawada, la morenada, los tinkus, los pujllay y otras danzas.

Isabel Veizaga, una boliviana que partió de Cochabamba hace más de 15 años a los Estados Unidos, dejó por unas horas la ciudad de Orlando - Florida para participar de la festividad y bailar la kullawada.

Así como esta cochabambina, otros compatriotas también recorrieron kilómetros para participar de la fiesta, que cada año se realiza y congrega a tarateños, mizqueños, tolateños, cliceños, punateños, quillacolleños y de otros lugares de Bolivia, que por distintas razones dejaron el país hace varios años.

¿Por qué en Palm Beach? Veizaga comenta que en esa ciudad vive un numeroso grupo de bolivianos, sobre todo cochabambinos, que en agosto de cada año organizan la festividad religiosa.

Mientras unos bailan en la pequeña Entrada, otros cocinan y ofrecen a los asistentes una diversidad de platillos bolivianos. Esta año, no faltó el tradicional charque o el picante de pollo, así como tampoco el pampaku de pato, la sopa de maní, el majadito, entre otras delicias.

También hubo rosquetes punateños y la chicha tarateña, al puro estilo del Valle Alto cochabambino. La pasankalla de Copacabana, la salteña, el refresco de mogonchinchi también fueron degustados por los compatriotas.

A la fiesta asistió el cónsul de Bolivia en Miami, Ángel Augusto Chassagnez Fernández, quien bailó los diferentes ritmos folclóricos junto a los bolivianos que resaltaron su presencia y apoyo a la realización de este tipo de actividades.

Los niños, hijos de los bolivianos, también bailaron y encabezaron el ingreso de cada una de las fraternidades, que el próximo año volverán a Palm Beach para celebrar a la Virgen de Copacabana.