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Secuestros e información

Secuestros e información
Dos días antes de que se recordara el Día Mundial contra la Trata de Personas el 31 de julio, la Interpol informó que había rescatado a 2.700 personas víctimas de trata y tráfico con la ayuda de 25 países. Logró detener a 134 personas y desmantelar a siete redes del crimen organizado.

Este megaoperativo tiene un nombre: Spartacus III. Y, claro, se tendrá que suponer que si esta fue la tercera versión es porque hubo una segunda y antes una primera. Así fue. El punto de arranque fue el Protocolo de las Naciones Unidas para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas, firmado por 117 países. Años después, el 2011, se estableció a la lucha contra la trata de personas como una de las áreas prioritarias de acción y, por ello, se organizó una primera reunión de unidades especiales. Entonces se previó para el año 2012 la coordinación de una operación para la búsqueda y rescate de víctimas que se denominó Operación Spartacus, como una referencia al esclavo tracio que luchó por su libertad liderando la Guerra de los Esclavos en la época del Imperio romano.

A inicios de esta década, de acuerdo a informes de Interpol, Bolivia “se comprometió a coordinar el intercambio de información de manera fluida y directa entre la Fuerza Especial de la Lucha contra el Crimen y la Oficina Central Nacional La Paz para la realización de operaciones conjuntas con el Ministerio Público (jueces y fiscales) y organizaciones no gubernamentales en el marco de la Operación Spartacus. El objetivo principal es el rescate de las víctimas, su protección mediante una atención integral y mejorar el proceso de repatriación, como el de la desarticulación de organizaciones criminales en coordinación con los operadores de justicia para sancionarlos efectivamente”.

Junto con Bolivia, compromisos similares fueron firmados por los otros 24 países que se comprometieron a luchar contra esta lacra: Argentina, Brasil, Canadá, Chile, China, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, España, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, Israel, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Portugal, República Dominicana, Rusia, Sint Maarten, Uruguay y Venezuela.

¿Curiosa lista verdad? Junto a países latinoamericanos aparecen otros lejanos como China, Rusia, Israel, Sint Maarten. Este último, por ejemplo, es un país autónomo dentro del Reino de los Países Bajos desde octubre de 2010. Como tiene una economía de isla abierta, el turismo es su principal actividad económica. Pero por las características de Sint Maarten, representa una amenaza en términos de actividades ilegales como el tráfico de drogas, la trata de personas y el lavado de dinero.

Volviendo a Spartacus III, en dicho operativo también fue detenida gente vinculada a la trata y tráfico de personas en Bolivia. A pesar de ello, las autoridades del Ministerio de Gobierno no dieron ninguna información al respecto.

Spartacus III se ejecutó inicialmente en tres de los aeropuertos internacionales más transitados de América del Sur: Ministro Pistarini (Buenos Aires), Guarulhos (Sao Paulo) y El Dorado (Bogotá).

Entre las varias incursiones y detenciones, unos 900 policías participaron en Perú en una operación contra la explotación sexual y el trabajo forzoso en el pueblo minero de La Rinconada. Allá detuvieron a cinco sospechosos y rescataron a 190 mujeres y 250 hombres.

Tomando en cuenta que en ese centro minero ya habían sido vistas adolescentes bolivianas secuestradas y prostituidas después de ser captadas mediante agencias de empleo ubicadas en la ciudad de El Alto, lo mínimo que correspondía es que informaran si en esa última incursión a La Rinconada habían logrado salvar a algunas jóvenes bolivianas. Pero, no se sabe nada al respecto porque, una vez más, la única información conocida fue la que llegó mediante información proporcionada en el extranjero.