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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 22:07

Los riesgos de ir a la caza de Zubats, Ekans y Meowth

Los riesgos de ir a la caza de Zubats, Ekans y Meowth
En un tiempo más, usted verá como zombies a jóvenes y adolescentes en calles, parques y otros lugares públicos, incluso cerca de su carro (ojalá no dentro de él). No se asuste, estarán enfrascados en la cacería de la nueva sensación mundial: Pokémon Go. Probablemente, estén tras Zubats (murciélagos), Ekans (serpientes), Meowth (gato) y muchos otros personajes ficticios de los 722 en total que incluye esta nueva versión de lo que fue en los años 90 un juego de Nintendo Game Boy.

Será como si de pronto los dibujos animados hubiesen ingresado en el mundo de los seres humanos, quienes los perseguirán y, de pronto, el lugar habitual de los cazadores se convertirá en algo más importante porque el juego les indicará si deben o no ingresar en él dependiendo del nivel que los jugadores hayan alcanzado.

Al respecto, ya salieron tutoriales para todo gusto, incluso aquellos hechos por quienes no solo jugaron, sino que están en condiciones de dar consejos al respecto.

Uno de esos aficionados escribió: “Emoción. Aparece mi primer Pokémon: un Rattata cerca de mí. Pulso sobre el ícono del bicho y salta desde los arbustos de la calle en la que paseo a mi perro. La cámara se activa y ahí está, invadiendo mi realidad. Me siento como dentro de una escena eliminada de ‘¿Quién engañó a Roger Rabbit?’ con ese muñeco de dibujos animados. Comienzo a agitar el dedo sobre la pantalla. Lanzo la Poké Ball y fallo. Vuelvo a lanzar y ¡oh, no!, fallo. El Rattata debe de estar partiéndose de risa. Muevo el teléfono y el bicho se queda más o menos en el mismo sitio, dando saltitos y provocándome para que lo haga de nuevo mal”.

Sin embargo, lo que ellos no dicen es que este juego puede poner en riesgo la vida de una persona si esta no toma sus previsiones. En poco tiempo, hubo tres incidentes en Estados Unidos. El primero tuvo lugar el pasado viernes en San Diego. Dos jóvenes, que andaban cazando pokémon, cayeron en un acantilado, el primero de ellos alrededor de 30 metros y el segundo en torno a 15. Felizmente, los rescataron con vida.

El segundo accidente se produjo al noreste de Florida. Allá, otros dos jóvenes que se encontraban en el interior de un vehículo ajeno fueron atacados por el dueño del carro que pensó que le estaban robando y, por ello, disparó contra los muchachos, quienes afortunadamente pudieron escapar a tiempo.

Y el fin de semana hubo una gran afluencia de gente en Central Park por la aparición de un Vaporeon (un Pokémon legendario) en el famoso parque por un tiempo limitado. Coches mal aparcados, conductores corriendo riesgos para atrapar al animal... En definitiva, una temeridad.

Mientras estos problemas se producen, quienes juegan esta nueva versión de Pokémon sacan sus propias conclusiones. Uno de ellos decía: “Si algo he aprendido capturando Pokémon durante mis horas diurnas y nocturnas es que a todos nos mueve sentirnos niños otra vez. Por eso, quizás, los entrenadores Pokémon siempre eran niños. Por eso los adultos (El Team Rocket), nunca vencían. Por eso Nintendo puede convertir al mundo entero en un patio de recreo. Porque en el fondo, seguimos queriendo hacernos con todo. Ya he agotado todas mis baterías externas e internas”.

En todo caso, para cuando llegue el juego a Bolivia, sería bueno que padres e hijos tomen sus previsiones cuando los segundos decidan cazar en las calles porque ya existe demasiado problema con el caótico transporte urbano para tener que añadir al mismo el cuidado de jóvenes que andarán como zombies cuando Pokémon Go esté aquí. Felizmente, ya están apareciendo algunas versiones para jugar, incluso, en casa; aunque naturalmente los jóvenes querrán la diversión completa y eso implica, forzosamente, recorrer la ciudad.