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  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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NOESIS

Capitalismo de caras conocidas

Capitalismo de caras conocidas
La Fundación Vicente Pazos Kanki publicó recientemente el libro “¿Qué hay detrás de la CAMC?”, en el que se sostiene que el caso Zapata es solo la punta del iceberg de un modelo político-económico de acumulación perversa “a la boliviana”, denominado como un modelo de “capitalismo de caras conocidas”. Se explica que este modelo se caracteriza por:

i. La existencia de capital extranjero, en este caso chino, que pretende “reproducirse”, a cualquier costo. ii. El Gobierno acepta la imposición del capital chino para asentarse en el sector extractivista, lo que permite la entrega y acceso a los recursos naturales bolivianos (minería, recursos forestales, hidrocarburos), a cambio de fluidez fiscal. iii. En este modelo, no se beneficia el Estado en su conjunto (vale decir, por ejemplo, al sector industrial con tecnología o a los gobiernos autonómicos con iniciativas de desarrollo), sino solo el Gobierno central profundiza el centralismo patriarcal y benefactor. iv. Las medidas que adopta el Gobierno para que el capital extranjero (chino) ingrese son expeditas. El modelo, en vez de fortalecer al Estado de derecho, lo debilita al máximo. Para el “capitalismo de caras conocidas”, es requisito coartar la libertad de expresión, imponer el miedo, tomar el control de todos los espacios de poder para evitar la fiscalización que impida contrataciones directas y amañadas. v. Este modelo no busca que los beneficiarios finales de ese capital extranjero sean los ciudadanos, sino que está dirigido a beneficiar a determinados grupos de poder vinculados a los poderosos que se fortalecen al amparo estatal (desde grupos de amigos/as, pasando por nuevas burguesías burocráticas, hasta empresarios privados que han hecho y siguen haciendo su “acumulación originaria” en base a negocios vinculados al Gobierno).

La publicación, dirigida por el doctor Diego Ayo, parte de la certeza de que el Gobierno heredó una carga transnacional neoliberal como lastre y bendición al mismo tiempo. Fue una bendición, pues aprovechó el enorme excedente hidrocarburífero generado por los gobiernos anteriores que tanto denostó. Pero fue también un lastre, en tanto le quedó escaso margen para maniobrar (vale decir, manejar estos recursos con mayor “flexibilidad”).

En ese escenario, el Zapata Gate es el caso revelador de una maquinaria mayor, cuyo principal engranaje sería Evo Morales. De ahí la necesidad no solo de protegerlo, sino de reelegirlo (indefinidamente).