Opinión Bolivia

  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
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EDWIN PÉREZ UBERHUAGA REGISTRA LA EXPERIENCIA DE LA COMUNIDAD LATINA EN EL MUNDO Y LA REPRODUCE EN LA REVISTA AQUÍ LATINOS INTERNACIONAL.

Periodista boliviano difunde vivencia migrante en 35 países

Periodista boliviano difunde vivencia migrante en 35 países



“Aquí Latinos Internacional” es la revista que el periodista Edwin Pérez Uberhuaga tiene como herramienta para difundir la vivencia de miles y miles de migrantes en el mundo. Desde hoteles cinco estrellas, pero también desde las frías calles de las grandes ciudades y los pequeños pueblos, este boliviano describe la experiencia migrante de la comunidad latina.

Con un tiraje mensual de 20 a 30 mil ejemplares, la revista Aquí Latinos lleva 7 años recorriendo al menos 30 países de Europa, Norteamérica y Latinoamérica, tanto en la edición impresa como en internet.

La primera vez que Pérez salió del país fue hace 27 años para un curso de periodismo científico, en Colombia. Tres años después, una beca del Gobierno alemán le hizo conocer Europa. Estas dos primeras experiencias le permitieron conocer a los primeros paisanos que inspiraron su trabajo orientado a la población migrante. "En ese tiempo la gente creía que los que estaban en el exterior tenían todo y eran felices, pero no era así".

Fue entonces que un largo proceso de investigación y convivencia con esta comunidad le permitió escribir los libros "Bolivianos en el Mundo", en sus volúmenes 1 y 2. Estas publicaciones muestran la realidad de este sector de la población y, el tercero, describió la migración antes y después del 11 de septiembre en 2001, cuando se perpetró el mayor ataque terrorista a Estados Unidos.

"Antes en los controles de Migración en los aeropuertos se decía que el latino era posible flojo, ladrón, narcotraficante o prostituta, y luego vino el argumento más fuerte, que éramos terroristas y con eso intentaron cerrarnos todas las puertas".

Hasta hace 15 años Pérez salía del país con becas de organismos internacionales o acompañando a los actos diplomáticos de presidentes y autoridades de Gobierno.

Sin embargo, tras la última beca en Alemania, el periodista pasó a ser uno más de los miles de migrantes, con todas las aristas de la ilegalidad y sin la protección de un Estado.

"Esto me permitió ver la realidad de un ilegal, con soledad, abandono, racismo, abusos, explotación y traición de los mismos compatriotas".

Para el periodista era fácil usar sus influencias, llamar a la embajada y pedir protección para aquellos días críticos en el exterior; sin embargo, prefirió tomar a Europa como un laboratorio y sentir la realidad que viven los bolivianos fuera de su país.

"A veces he dormido en la calle junto a la gente pobre cubriéndome con periódicos".

Toda esta experiencia ha permitido nutrir de auténticas vivencias las diferentes ediciones de esta revista.

En este recorrido le ha tocado sentir de cerca la muerte de una madre que llegó a España y enfermó. "Como estaba tan mal, lo único que quería era que sus hijos puedan estar con ella en sus últimos momentos, pero la falta de papeles impidió la llegada de sus hijos. La mujer murió sola".

En su experiencia se ha encontrado con innumerables situaciones bastante comunes, en las que el hermano o el compadre seduce a su familiar en Bolivia asegurándole casa y estabilidad económica. "Muchos vienen ilusionados y lo que encuentran es un cuarto estrecho en un sótano y explotación laboral".

Esta y otras experiencias hacen que Pérez no abandone su lucha por la eliminación de las fronteras políticas. "Voy a ser feliz cuando mi trabajo cambie la mentalidad de gobernantes bolivianos y europeos para que de una vez se eliminen los papeles y las fronteras. La migración es un derecho humano".

Su participación en congresos, conferencias y entrevistas de televisión le permiten incidir en este propósito.

Europa puede ser un paraíso, pero también una pesadilla

Edwin Pérez Uberhuaga

Periodista

En mis conferencias o despachos noticiosos nunca he dicho a las personas que viajen o no viajen, lo que hago es mostrar lo bueno y lo malo de cada país. Europa, en particular, puede ser un paraíso, pero también una pesadilla. Todo depende de cuánto maneja uno el idioma, de cuánto sabe comportarse y valorarse para ser respetado y tomado en cuenta. Ahora estoy hablando desde Ginebra, Suiza, donde he vivido 5 años, he estado 3 años en Alemania, 8 en España, pero he recorrido países recuperando y difundiendo la experiencia migrante de los latinos. Puedo decir que el camba y el colla, fuera del país, desaparecen, todos trabajan juntos por una integración sincera. Salí de Bolivia, pero Bolivia no ha salido de mí, como dice una frase en redes sociales. Volveré definitivamente al país cuando el último migrante haya regresado.