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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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Donar un riñón puede salvar más de una vida

Donar un riñón puede salvar más de una vida

María es una mujer de tez morena y de contextura delgada, que vive 14 años con insuficiencia renal y se somete por periodos establecidos a una desgastante sesión de hemodiálisis a la espera del trasplante de riñón, porque en su caso se identificó a un donador, que se espera salve su vida.
Esta mujer de mediana estatura y de unos 40 años de edad, es una de las 2.500 personas que en el país padecen esa enfermedad generada por infecciones, embarazos complicados, obstrucción de vías urinarias, entre otras.
Ella recibe su tratamiento de hemodiálisis en el Hospital de Clínicas de la ciudad de La Paz donde acude tres veces por semana y lucha contra esa enfermedad y un cuadro de depresión que de vez en cuando vuelve ya que en el inicio de su mal supo que llegaría a morir.
"Es un calvario", señala María quien tiene una hija que es su razón de vivir, de pelear contra la enfermedad y ganar día a día una batalla.
Relata que su temor era inmenso cuando supo de su mal porque no contaba con recursos económicos que solventen su tratamiento de hemodiálisis, que tenía un costo de 700 bolivianos por semana.
"Sentí que no iba a ver crecer a mi hija" dice y su mirada se entristece.
Según la responsable del Programa Renal del Ministerio de Salud, Silvia Paz, ese programa se creó para ayudar a quienes padecen de insuficiencia renal, no sólo con el tratamiento sino con el trasplante de órgano.
Al inicio, en 2007, sólo prestaba apoyo a la seguridad social, luego avanzó con la atención médica y en la actualidad brinda la hemodiálisis y el trasplante como tal.
Sin embargo, en nueve años de vigencia, el programa tiene resultados claros, particularmente desde 2014, cuando se empezó con la gratuidad de la atención mediante la Ley 475 y también del trasplante que se rige por el Decreto Supremo 1870.
Paz refirió que el costo del tratamiento de hemodiálisis era 4.000 bolivianos al mes y el trasplante demandaba entre 30.000 y 40.000 dólares, montos que ahora son cubiertos por el Estado.
Resultado del programa, en la actualidad existen 43.000 personas que se registraron como donantes voluntarios en el país, para atender, tras su deceso, por así decirlo, a los 2.500 pacientes renales, de los que el 15 por ciento requiere un trasplante inmediato.
Hasta mayo pasado el programa realizó 122 trasplantes de riñón con donante vivo y seis con donante cadavérico.
"El decreto apoya al trasplante vivo relacionado, es decir, hasta el cuarto grado de consanguineidad, debido a que hay gente que necesita de un trasplante y que no tienen familiares que se lo puedan donar o porque no son compatibles, razón por la que el programa decide apoyar con el donante cadavérico que a partir del 2015 tuvo un avance cuantitativo", sostiene.
Según María mucha gente piensa que va morir si dona uno de sus órganos, en este caso un riñón, por lo que se abstiene, pero no sabe que con esa actitud está evitando salvar más de una vida porque no sólo es la enferma sino también su familia.
"Yo quisiera que la gente piense un poco antes de decir no, ya que yo tengo la opción de contar con un donante pero al realizar la hemodiálisis me tuvieron que hacer trasfusiones de sangre que al final resultó que estaba contaminada, y ahora debo tomar medicamentos caros para sanarla y por eso hasta ahora no puedo hacerme un trasplante, pero tengo fe que algún día podré optar por un trasplante, por eso necesitamos de donantes para poder vivir", menciona.
Paz señala que cada vez es más urgente e importante que la población sea consciente de esa realidad ya que "donar es vital para los enfermos renales".