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  • Diario Digital | viernes, 29 de marzo de 2024
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Gobierno, encuestas y futuro

Gobierno, encuestas y futuro
Ya lo dijimos antes… La administración de Evo Morales al frente del poder tendrá en la historia un antes y un después del 21 de febrero de 2016, y lo volvemos a decir hoy. Han pasado cuatro meses desde entonces y el Gobierno sigue entrampado en las redes de las repercusiones que esa votación ocasionó.

Está claro que el Presidente está dolido… Está claro que el Presidente no quiere aceptar que alguna gente lo dejó de querer como líder… Está claro que su entorno no quiere aceptar los resultados… Está claro que a estas alturas encontraron tres culpables: Estados Unidos, la oposición y los medios articulados alrededor del caso Gabriela Zapata… Está claro que, tal vez, nunca sepamos toda la verdad de lo que en realidad ocurrió con la señora de los millones una vez vinculada con el poder.

El fin de semana, el periódico Página Siete publicó que el 65 por ciento de la gente en el país no quiere regresar a los recintos electorales y pide que el presidente Evo Morales acepte los resultados del 21 de febrero. Un 31 por ciento de los encuestados quiere volver a la arena electoral para una ansiada "revancha”.

Sin embargo, sería bueno recordar que, más allá de lo que opine o no la gente y más allá de las heridas que dejó el 21 de febrero, al Presidente aún le falta casi tres años de Gobierno y no es poco. De hecho, es solo menos del tiempo que le restaría si tuviésemos presidentes por cuatro años como ocurre en otros países. ¿Qué se está haciendo al respecto?

Uno de los últimos temas que salió a la palestra pública con fuerza, primero de la mano del Primer Mandatario boliviano y luego de su homóloga chilena, es el de las aguas del Silala, problema que ya anda en cauces jurídicos a nivel internacional y que tendrá hoy su próximo capítulo.

Buena idea lanzar un tema que normalmente tiende a unir las huestes internas, beneficio que también debería estar cosechando la presidenta Bachelet dados sus problemas de imagen ahondados por su propia familia en Chile.

¿Qué más se está haciendo? ¡Ah! Se hizo una cumbre judicial para realizar un cambio estructural en la justicia, pero se la llevó adelante con tales matices autoritarios que, al final, se terminó hablando más de lo que no se permitió hablar que de los frutos recogidos.

¿Quiénes tienen la culpa de que al final la cumbre tan esperada no haya tenido el impacto esperado? Se tendría que revisar lo hecho y declarado. Un día los medios publican los consensos de las precumbres de justicia y, al otro, autoridades del Gobierno terminan aumentándole otro libreto no acordado. Acto seguido, se aprueba mucho de lo no previamente consensuado. Luego, en los medios aparecen las críticas. ¿Quiénes son los verdaderos culpables?

Aunque el Presidente ha pedido que le dejen gobernar, quien primero debiera “mentalizarse” (como se dice en términos deportivos) al respecto es el propio Gobierno. Este sigue atacando a los medios como uno de los componentes esenciales del resultado el 21 de febrero. Sin embargo, estos debieran ser tiempos de trabajo, de gestión más gestión más gestión más gestión… La época de vacas flacas lo amerita porque, si fue más fácil gobernar cuando el escenario económico internacional era favorable, ahora se tendrá que extremar el cuidado, la creatividad, la experiencia y los conocimientos (en ese orden), para hacerlo bien.

Entonces, solo entonces habrá que ver, por ejemplo, si el manejo económico había sido tan brillante como se decía o si el Gobierno había sido el mejor de todos como se lo afirmó, porque una cosa es hacer gestión en época de vacas gordas y otra intentar, solo intentar, hacerlo cuando ya no hay la misma cantidad de dinero en las arcas. Es hora de la gestión, pero a fondo.