Francisca Condori Janco, Juan Carlos Cucha Paredes y Aida Coca Apayco buscan cobijo en centros de acogida para recibir atención tras ser dados de alta. Están enyesados de sus manos y pies y no pueden moverse por sí mismos.

Los tres resultaron heridos en el accidente de la madrugada del pasado jueves cuando una joven en estado de ebriedad los embistió con su vehículo mientras dormían. Las personas con discapacidad realizan vigilia en el Viaducto en demanda de un bono mensual de 500 bolivianos.

“Yo no puedo cuidarle” dice la esposa de Juan Carlos Cucha, quien resultó con fracturas en su brazo izquierdo. La mujer quien también presenta discapacidad física atiende con dificultad a sus tres niños de ocho, seis y dos años. Dice que la casa tiene gradas y que no podrá movilizar a su esposo hasta la Clínica para sus controles médicos ni a su rehabilitación porque quedó “prácticamente· inmóvil pues desde la infancia no tiene movilidad en las piernas.

Las dos mujeres se encuentran en la misma situación. Francisca Condori, por ejemplo, vive en una vivienda en una quebrada en Uspa Uspa.

La más joven de los heridos, Nayeli Peñaloza, se recupera de la cirugía a la que fue sometida ayer en la mañana en el pediátrico Manuel Ascencio Villarroel. A las once y media retornó semi dormida a su habitación. Los médicos informaron que no se presentó ninguna dificultad en la operación de la niña.