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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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DESDE AFUERA

EEUU: Trump y el diluvio

EEUU: Trump y el diluvio
El diario The Guardian de Londres inicia un artículo reciente diciendo que "si usted pensó que Bush fue malo, imagínese cuatro años de Trump: deportando inmigrantes, expulsando musulmanes, marginando a las mujeres, conformando alianzas reaccionarias, amenazando con el empleo de armas nucleares. ¿Cuánto más necesitan conocer las brigadas de Bernie Sanders para estar convencidas de que ahora solo hay una cuestión que importa: impedir que el personaje se convierta en Presidente de EEUU?". Surge otro grito en la elección estadounidense, ahora dirigido a Hillary Clinton: "No le regalen la Casa Blanca a Donald Trump".

El hecho es que la presencia de Donald Trump peleando y ganando la nominación del Partido Republicano ha hecho cambiar en buena medida el espectro de la política estadounidense. Y es que, como se ha repetido, Trump era, digamos, un desconocido en el espectro político de EEUU y, desde luego, alguien fuera del establishment político de ese país y fuera del Partido Republicano. Pero se ha demostrado algo que no se acepta tan fácilmente: que la fortuna, la riqueza y la retórica puedan ejercer una influencia insospechada en la política de los países capitalistas. Este parece el tema de fondo que se descubre detrás del éxito sorpresivo de Trump en esta primera fase de la batalla por la Presidencia de Estados Unidos.

Esto no significa, por supuesto, que la indiscutible victoria de Donald Trump dentro del Partido Republicano signifique ni desde lejos su triunfo presidencial. Pero, como decía, Trump ha llevado la discusión política de ese país a considerar que con toda probabilidad el magnate será el candidato presidencial de ese partido.

La polémica se ha centrado, entonces, en gran parte, en vista de la ideología fascista o muy cercana al fascismo del probable candidato republicano, en discutir cuál sería el candidato demócrata capaz de triunfar sobre Trump en unas elecciones abiertas para la presidencia de EEUU. De hecho, la pregunta se centra en Hillary Clinton o en Bernie Sanders, y en sus cualidades potenciales para derrotar a Donald Trump. En este sentido, Hillary Clinton parece la más abocada para realizar ese cometido: sin embargo, cada vez se difunden, con más violencia, las fallas que pudo tener Hillary en su desempeño como secretaria de Estado con Barack Obama, y específicamente el hecho de que utilizara "servidores" privados para usos oficiales, lo cual la habría llevado a un límite de "no confiable" que pondría en duda precisamente su "confiabilidad" para ocupar de hecho el puesto más alto del Gobierno de Estados Unidos. Sobre el asunto, Donald Trump ha dicho: “Debemos esperar qué descubrirá de devastador la FBI en este asunto, de todos modos, por más desagradable que sea, debemos esperar a los informes oficiales sobre el caso".

En el caso de Bernie Sanders, jugarían dos criterios básicos en su contra. En primer término su edad, puesto que ya se acerca a los 80 años. En segundo lugar, el hecho de que su ideología y su plataforma gubernamental, no obstante que parece estar apoyada masivamente por los más jóvenes en Estados Unidos, resultaría probablemente demasiado radical para el electorado general.

Por lo demás, Trump ha anunciado que efectuaría un cambio radical en materia de energéticos, en caso de resultar electo: primero, construyendo el gasoducto de Keystone, que Obama ha bloqueado por razones de protección al ambiente. Es decir, se esperaría que en este ámbito eventualmente Trump signifique un muy fuerte retraso y rechazo a las medidas mundiales para proteger el entorno (...).

(Tomado de www.jornada.com.mx)