La inseguridad y la falta de incentivos limita la inversión
Uno de los principales miedos de los bolivianos migrantes, que proyectan volver a Bolivia, es la inseguridad de que su inversión fracase y luego no pueda conseguir trabajo.
“Aquí, en lugar de incentivarte el Gobierno te persigue como para chuparte la sangre, como decimos vulgarmente”, son las palabras de indignación y molestia de Alex Cardona, boliviano que retornó de Cataluña España hace tres años
Joaquín Rivera, residente en Córdoba, contó que tuvo que viajar de urgencia a Cochabamba para proteger sus propiedades. Rivera compró un terreno en Vinto y un vecino le informó que el sindicato había decidido iniciar el trámite de expropiación
“Mi vecino vino hasta la Argentina a decirme que le venda mi lote o, caso contrario, el sindicato lo expropiaba”
Ante el riesgo de perderlo todo Rivera firmó el documento de venta que llevó preparado el vecino. “Lo vendí en 3 mil dólares y resulta que valía más de 25 mil”, lamentó
Para Alex no ha sido nada fácil su situación de migrante, ya que al ahondarse la crisis en España tuvo que retornar e invirtió sus ganancias en un estudio fotográfico.
“No estaba ni un mes y la renta ya estaba encima mío para molestarme”, expresa Cardona pidiendo un tiempo de gracia.
Otros, sin embargo, han fracasado tras no haber invertido en el rubro más atinado. “Primero abrí una tienda de cerámica de construcción pero me equivoqué por no conocer mi clientela”, dice Oliver Muñoz explicando que invirtió mucho dinero en diseños elegantes y modernos cuando la gente prefería más lo convencional y más barato.
Muñoz coincide en que la “persecución” de Impuestos Nacionales y las elevadas tarifas no motivan una mayor inversión. “Tenemos más responsabilidades que incentivos”, acotó
Frente a estos riesgos al momento de evaluar los pros y contras los bolivianos se hacen una pregunta. “¿Si mi inversión fracasa, pierdo mi dinero, de qué voy a trabajar?”, cuenta Henry Guzmán, vecino de Vinto que retornó de España hace un par de años
La falta de opciones laborales y estabilidad para quienes pasan de los treinta años en Bolivia son un factor que no permite a los inversionistas tener un “plan B”, en el caso de que su emprendimiento fracase.