Los defensores de Derechos Humanos Waldo Albarracín y Victor Hugo Gutiérrez celebraron ayer el histórico fallo condenatorio de la justicia argentina en contra de los protagonistas del Plan Cóndor durante el periodo dictatorial durante los años 70 y 80.

El histórico y extenso juicio por el Plan Cóndor culminó ayer en Argentina con la condena de 15 de los 17 acusados con una pena de entre 8 y 25 años de prisión por considerarlos responsables de una asociación ilícita entre las dictaduras del Cono Sur para reprimir a al menos a 106 personas. Los expresidentes bolivianos Hugo Banzer (1971-1978), Juan Pereda Asbún (1978) y Luis García Meza (1980-1981) forman parte del Plan Cóndor, pero no fueron imputados en este juicio desarrollado en Buenos Aires. La causa fue abierta a fines de la década de 1990 y llegó a juicio en 2013. El veredicto se dio a conocer después de 16 años de tramitación del primer proceso en Latinoamérica que investiga los crímenes cometidos de forma coordinada durante las dictaduras militares de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay contra 106 víctimas, entre las cuales hay 45 uruguayos, 22 chilenos, 15 paraguayos, 13 bolivianos, 10 argentinos y un ecuatoriano.



JUSTICIA Albarracín calificó la condena de “sentencia justiciera” porque se luchó contra la impunidad de los delitos de lesa humanidad.

Insistió en que siempre habrá posibilidad de enjuiciar y condenar a quienes cometieron crímenes en contra de la vida y de los derechos fundamentales de las personas. “No prescriben, a pesar del transcurso del tiempo”.

El activista celebró que se haya promovido una acción judicial en contra de los responsables de ejercer el terrorismo de Estado en América Latina durante dos décadas.

Aplaudió la sentencia. “Además de haberse hecho justicia, sirve de precedente para que ningún Gobierno tome el poder al margen de la voluntad del pueblo”.

Recordó que el principio del Plan Cóndor era establecer un sistema de represión coordinada entre las dictaduras del Cono Sur en contra de sus opositores. Es decir, quienes rechazaban los regímenes defacto, ya sean dirigentes, políticos opositores o universitarios.

Los dictadores hicieron de la violación de los derechos humanos una forma de Estado. Los militares no tuvieron escrúpulos para torturar y asesinar a sus “enemigos”.

“Bajo la doctrina de la seguridad nacional decidieron exterminar al enemigo interno, a los sectores mas progresistas y contestatarios”, señaló. Las víctimas bolivianas en Argentina fueron, según Albarracín, estudiantes que viajaron a Buenos Aires y a Córdova para profesionalizarse.

Gutiérrez recordó la consigna boliviana “Ni olvido ni perdón”, en relación a los delitos cometidos en el país en los periodos dictatoriales. Si bien son 13 las víctimas mencionadas en el fallo, Gutiérrez está seguro de que hay un número mayor de víctimas.



DEUDAS Albarracín dijo que aún hay deudas con el pueblo, porque no fueron sancionados todos los autores de crímenes de lesa humanidad y las víctimas no fueron indemnizadas por los Estados.

Gutiérrez consideró que, a pesar de los años, el Gobierno tiene la responsabilidad de indemnizar a los perjudicados. Añadió en el país solo se reparó económicamente a la familia del expresidente Juan José Tórrez.