Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 00:01

“Pasar de ser Víctor a Rayza es un logro en la democracia”

“Pasar de ser Víctor a Rayza es un logro en la democracia”


“¡Víctor Armando Torriani García!”, se oyó en el aeropuerto de Santa Cruz. Pero al llamado del nombre masculino atendió una mujer Rayza Torriani García.

Las miradas se concentraron en torno a su imagen de cabello largo, maquillaje y atuendo femenino. El hecho ocurrió hace un par de años, pero circunstancias parecidas se suscitaron y continúan ocurriendo a personas trans (travestis, transgénero y transexuales), en hospitales, bancos y otras oficinas.

Esta situación está en la vía del cambio con la aprobación de la Ley 095 de Identidad de Género que establece un procedimiento para que las personas trans mayores de 18 años puedan cambiar su identidad.

Que a Rayza Torriani le llamen “Víctor Armando”, que a Vanina Lobo le digan “Lucas” o que a Pamela Valenzuela la identifiquen como “Víctor”, porque eso es lo que dice en sus documentos de identidad, es un problema que arrastran desde hace años.

Para esta población el tema de violación de derechos ha sido una constante. Un 90 por ciento se prostituye porque no encuentra otra forma de ganar dinero.

Los testimonios de víctimas de violencia por su condición de trans son muchos. Torriani recordó que los casos de agresión, cuando llegan a la Policía, son registrados como “riñas y peleas” sin que se mencione los aspectos relacionados a la homofobia.

Este sector lamentó que las veces que las trans que llegaron a hospitales fueron internadas en las salas de varones. Muchas murieron sin llegar a los centros médicos, para evitar la discriminación.

Torriani fue una de las impulsoras de la Ley de Identidad de Género desde hace más de ocho años. Inició campañas y, junto a sus compañeras, realizó congresos.

Paralelamente, comenzó un proceso legal, en 2014, para intentar cambiar el nombre de Víctor por Rayza en su carnet. Recuerda que el tema fue engorroso. Los juzgados le rechazaron la solicitud, le pasaron la competencia del caso al Servicio General de Identificación Personal (SEGIP) y esta institución devolvió el caso. Al final, el trámite se quedó en el camino.

Entre los requisitos para optar a la posibilidad de la modificación de su identidad estaba la presentación de un certificado médico expedido por un psiquiatra con un informe de evaluación y seguimiento de un psicólogo e incluso una certificación médica de que “se tiene un fenotipo femenino”.

Ni documentos laborales, certificados de organizaciones nacionales e internacionales ni fotografías fueron aval.

Estos trámites se registraron en plena época preelectoral. Se puso en contacto con actores políticos, parlamentarios.

Sus visitas a la Brigada Parlamentaria de Cochabamba eran frecuentes y sus viajes a la Sede de Gobierno también. Y toda oportunidad era aprovechada para tratar el tema con instituciones de defensa de la mujer y el Defensor del Pueblo.

Incluso intentó lanzarse a una candidatura para ser diputada plurinominal por el Partido Verde de Bolivia (PVB) Instrumento de la Ecología Política (IEP). Pero su identidad frenó la postulación, porque ella exigía ser reconocida como Rayza y no con el nombre escrito en sus documentos.

La población trans continuó con la exigencia de su demanda hasta lograr que el proyecto de ley ingrese a la Asamblea Legislativa Plurinacional.

“Es una victoria en la historia como mujeres trans. La democracia ha llegado a nosotras. Es como acabar de nacer, la tierra boliviana nos está reconociendo como mujeres”.



EL RECHAZO Pero hay voces en contra y discrepancias sobre el tema. Las iglesias católica y evangélica se oponen a la norma.

La ley hace referencia solo al cambio de identidad, pero los representantes de diferentes iglesias cuestionan que haya un trasfondo más allá, en torno a la adopción de niños y matrimonios entre personas del mismo sexo.

El representante de la Iglesia católica, padre Miguel Manzanera, manifestó que esta ley facilita mucho que una persona que ha nacido como varón pueda con algunos trámites “relativamente sencillos” pasar a ser mujer y también al contrario.

“El cristianismo valora mucho el género tal y como hemos sido creados por Dios y esto se detecta biológicamente”.

El papa Francisco expresó apertura respecto a las personas trans. Manzanera aclaró que una cosa es la atención pastoral que hay que tener con estas personas, pero la cuestión jurídica es muy delicada.

“El cambio de identidad de género no es como que uno se tiñe el pelo. Luego, ¿qué sucede si esta persona lamenta haberlo hecho? ¿Puede dar marcha atrás? Esto no está previsto tampoco en la ley”.

El representante de la Iglesia católica resaltó que se respeta a las personas trans pero no está de acuerdo en que se favorezca los cambios de género.

Los representantes de Iglesias Unidas coinciden en estos aspectos con los líderes católicos. Este sector presentó firmas ante la Asamblea Plurinacional para intentar contrarrestar la aprobación. También anunciaron más movilizaciones en todo el país.

El pastor Alberto Coarite incluso mencionó que la Ley “atenta cintra los principios bíblicos, la familia y contra la Constitución”, aunque no supo argumentar la afirmación respecto a la Carta Magna.

“Esto va más allá. El profesor en la escuela ya no va a enseñar de dos géneros sino de tres”.

El pastor Juan Goitia dijo que respetan la identidad cuando no se trata de una alternación y se refirió al tema rechazando los matrimonios entre personas del mismo sexo.

“¿A quién le van a decir mamá y a quién le van a decir papá?, ¿quieren tener respeto por una desviación sexual? Eso es una desviación sexual”.

El vicepresidente de Iglesias Unidas, Juan Luján, dijo que la ley permitirá luego consolidar los matrimonios.

“Con un carnet femenino nadie podrá prohibir los matrimonios entre personas del mismo sexo. Es un atentado a la familia porque ya no sería el núcleo de la sociedad”

Pidieron a los parlamentarios de la Asamblea reflexionar sobre el tema.

Al respecto, Torriani expresó que el tema de identidad no tiene que ver con credos religiosos.

“Están instigando a que discriminen a que violenten. Eso es pecado”.

El informe psicológico es un requisito

El informe psicológico es uno de los requisitos que se establece en la norma para solicitar el cambio de nombre propio, dato de sexo e imagen.

El artículo 8 de la Ley de Identidad de Género determina que el o la solicitante deberá presentar ante el Servicio de Registro Cívico (Sereci) ocho requisitos.

El solicitante debe hacer una carta de solicitud manifestando el nombre propio y dato del sexo elegido.

Se agrega el examen técnico psicológico que acredite que la persona conoce y asume voluntariamente las implicaciones de su decisión.

Temas como éste fueron observados antes cuando en los juzgados se pedía un examen psiquiátrico y las personas trans se sentían vistas como “enfermas”.

Entre los demás requisitos están el certificado de nacimiento original y computarizado, certificación de datos del Servicio General de Identificación Personal (SEGIP), certificado de libertad de estado civil, certificado de descendencia, un certificado del Registro Judicial de Antecedentes Penales (REJAP) y fotografía actualizada.

No existe un censo de esta población

No existe un dato oficial sobre la cantidad de personas trans (travestis, transexuales y transgéneros) que hay en Bolivia.

La Red Nacional de Mujeres Trans de Bolivia (Trebol) tiene registradas a 2.500 mujeres y, de ésas, solo en Cochabamba están 180. Esta Red asegura que hay personas “escondidas” que se sentirán más libres para exponerse cuando tengan un aval legal.

La representante de la Red Trebol, Rayza Torriani, recordó que durante la realización del Censo Nacional de Población y Vivienda del año 2012 no fue posible incorporar la consulta sobre la identidad de género.

Torriani describió que durante el tratamiento de la Ley de Identidad de Género en la Asamblea Legislativa hubo apoyo de oficialismo y oposición.