Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 00:24

LA MAYORÍA SON AVES RESCATADAS DE LOS MERCADOS Y VIVIENDAS PARTICULARES ESTE AÑO. LUEGO DE UN PERIODO DE CUARENTENA Y REVISIÓN SON LIBERADAS O LLEVADAS A REFUGIOS PERMANENTES.

57 animales silvestres estuvieron tras las rejas de la Policía local

57 animales silvestres estuvieron tras las rejas de la Policía local



Las dependencias policiales de la avenida Heroínas acogen a los animales silvestres que son rescatados del cautiverio en las viviendas particulares o en los mercados de la ciudad.

Y es que en este lugar funciona la Policía Forestal y de Preservación del Medio Ambiente (Pofoma). Los animales están encerrados en jaulas, tras las rejas, similar a lo que ocurre con las personas que son detenidas en las celdas policiales. La diferencia es que estos animales no cometieron ningún delito, más al contrario fueron víctimas de grupos de traficantes que los comercializan como mascotas.

Este año, según el subdirector de Pofoma, teniente Rodrigo Sánchez, se rescataron 57 animales silvestres, entre ellos loros habladores, parabas, monos, tejones y tortugas. Todos ellos fueron remitidos a refugios, luego de pasar por un periodo de cuarentena y revisión para determinar si pueden o no ser devueltos a su hábitat.

El tráfico de animales silvestres es el cuarto negocio más lucrativo, según la Organización de Naciones Unidas (ONU), después del tráfico de drogas, la trata de personas y el tráfico de armas.

LA REALIDAD Sánchez explicó que Cochabamba es el lugar de tránsito de estos animales, pero también de acopio. Son trasladados desde los departamentos de Beni y Santa Cruz, donde se encuentran los criaderos clandestinos, pero también se detectó el tráfico desde la región del trópico.

“Hay redes que sacan a estas aves de su hábitat las llevan hacia Chile y Argentina. Una paraba puede costar en Bolivia 2.000 bolivianos, pero en Chile 2.000 dólares”.

La alerta es mayor en esta época del año porque las crías, principalmente de las aves, están listas para dejar el nido.

El jefe policial explicó que un cazador, para tener acceso a los polluelos, debe matar a la madre y en todo el trayecto hasta llegar a los mercados clandestinos muere el 90 por ciento de ellos, lo que hace que este negocio sea muy riesgoso.

“Las personas tienen que reflexionar y darse cuenta que para que una de estas aves viva, nueve mueren. Es preocupante el daño que se hace a nuestra fauna silvestre”.

Al margen de este atentado contra la naturaleza, Sánchez recordó que la Ley 1333 de Medio Ambiente sanciona a las personas que tienen en cautiverio a los animales silvestres. El artículo 111 establece que el que incite, promueva, capture y/o comercialice el producto de la cacería, tenencia, acopio, transporte de especies animales y vegetales, o de sus derivados sin autorización o que estén declaradas en veda o reserva, poniendo en riesgo de extinción a las mismas, sufrirá la pena de privación de libertad de hasta dos años perdiendo las especies, las que serán devueltas a su hábitat natural, si fuere aconsejable, más la multa equivalente al 100 por ciento del valor de estas.

Pofoma, dando cumplimiento a esta norma, llega a los domicilios particulares y logra la entrega voluntaria de estos animales que luego son trasladados a los refugios. La Alcaldía de Cochabamba tiene un albergue en sus predios de la laguna Alalay, mientras que la Gobernación cuenta con un área de cuarentena en Sacaba. También se encuentra un albergue privado en Quillacollo, en el que actualmente están acogidos 460 animales que fueron domesticados y no pueden volver a su hábitat. Los más exóticos son los flamencos rescatados del lago Poopó.

­Denuncias

Pofoma habilitó la línea 4511688 para denuncias sobre el tráfico o la tenencia de animales

silvestres en la ciudad.