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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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DANIEL SOLIZ Y MARÍA EUGENIA TORRICO TUVIERON QUE REGRESAR A LAS AULAS DE SECUNDARIA PORQUE LES OBSERVARON SUS LIBRETAS DE SECUNDARIA EN LA DDE

”Tengo 30 años y he vuelto al colegio...”.

”Tengo 30 años y he vuelto al colegio...”.



Daniel Soliz y María Eugenia Torrico, ambos treintañeros, tuvieron que volver a ser estudiantes de colegio porque al realizar trámites universitarios les observaron sus libretas escolares. Buscaban obtener sus títulos profesionales de Comunicador Social y Abogada, respectivamente, pero primero deben tener obligatoriamente el diploma de bachiller.

Soliz terminaba Comunicación Social en 2014, cuando recordó que no tenía título de bachiller. Torrico, que concluyó la Carrera de Derecho en 2013, comenzó los papeleos en la Dirección Departamental de Educación (DDE) en 2012. Ambos tuvieron observaciones en la DDE y se vieron obligados a retornar a las aulas de colegio y seguir los trámites que no han concluido hasta ahora.

Entre los documentos indispensables para el título profesional está el título de bachiller y para obtener este se deben presentar las libretas de primero a sexto de secundaria en el actual sistema y de primero a cuarto medio en la modalidad antigua. Pero, si en el proceso la documentación es “observada” comienza el problema para los involucrados.

Regresar al colegio es para muchos un sueño y para otros se convierte en pesadilla.

Soliz terminó el colegio “en teoría” el año 2003 y reconoce que dejó de lado hacer su título de bachiller. No tuvo complicaciones en la universidad aunque cada año le exigían que coloque sus documentos al día. Cuando ya iba a defender su tesis, a fines de 2014, empezó el papeleo para el título que avala la conclusión de estudios de secundaria. Luego de mucho caminar, cuando pensó que le entregarían el documento le informaron que estaba “observado”. Le dijeron que tenía dos libretas de diferentes colegios para una misma gestión educativa, una aprobada y otra reprobada y que eso está prohibido, por lo tanto debía subsanar el problema.

Recuerda que al concluir primero medio en el colegio Calvert (sistema norteamericano) en la gestión 1999 - 2000 ingresó de inmediato al colegio Anglo Americano (un sistema regular en Bolivia) y ahí reprobó.

“Pero después volví a mi primer colegio, Tiquipaya, presentando mi libreta aprobada del Calvert y entré a segundo medio como si nada hubiera pasado. Salí bachiller como si nada hubiera pasado y estudié en la universidad como si nada hubiera pasado”.

La Asesoría Jurídica de la DDE anuló ambas libretas por “duplicidad de estudios”.

El director de la DDE, Lorenzo Cruz, explica que hay dos vías para solucionar estos problemas. Una de las posibilidades es que la persona “beneficiaria” curse la gestión escolar que corresponda al año observado como un colegial regular en una unidad educativa fiscal o de convenio. Y la otra opción es el pago de 250 bolivianos por cada asignatura para dar exámenes. Los estudiantes deben aprobar todas las materias y las notas se incluyen en una libreta que permite continuar con los trámites.

Soliz optó por pagar, por 11 materias la suma de 2.750 bolivianos.

Torrico concluyó el colegio en 2004. Cursó el entonces primero medio en el Colegio Irlandés. Por asuntos familiares se trasladó a Beni y allá hizo segundo medio y a fin de año retornó a Cochabamba antes de que le entreguen la libreta, aunque contaba con las boletas de notas trimestrales. Con esas boletas se inscribió en otro colegio y terminó cuarto medio. Intentó solucionar el problema de la falta de la libreta cuando se encontró con que el colegio en Beni tenía conflictos legales y fue cerrado. Ingresó a la universidad, le pedían el documento y ella explicaba cada año que “estaba en trámite”.

Denuncia que en 2010 fue mal asesorada en lo que entonces era el Servicio Departamental de Educación (Seduca), hoy DDE, y reanudó trámites por “no secuencia de estudios” para el título de bachiller en diciembre de 2012. El año siguiente terminó su carrera.

En 2013, el Seduca le dijo que podía inscribirse en un colegio nocturno regular o pagar 250 bolivianos por materia, además de una multa de 700 bolivianos por cada año de atraso desde 2002, “en efectivo y en el acto”.

El director de la actual DDE niega que se deba realizar pagos adicionales a los 250 bolivianos por asignatura y que de repente en aquel momento se gestaba algún intento de corrupción.

Torrico decidió repetir segundo medio, hoy cuarto de secundaria, como estudiante regular.

EL COLEGIO Aunque Soliz pagó para dar los exámenes y le asignaron el Instituto Americano vecinal turno tarde, no pudo evitar asistir a clases.

“Los profes me pedían. Yo les llamaba por teléfono y me dijeron que vaya al colegio, especialmente en matemáticas, química y sociales”. Varios de estos momentos fueron retratados y publicó las fotos en su cuenta de facebook.

Con algunos de sus compañeros estuvo en contacto para coordinar bibliografía o conocer detalles de algunos temas. Concluyó con mejores notas que antes y ahora avanza en el proceso de obtener el título.

“No sé cuánto más falta, una eternidad seguramente”, comentó.

Torrico prefirió pasar clases todo un año y la DDE le dijo que debía estar en un colegio nocturno cerca a su casa y se inscribió en 2014 en el Darío Montaño.

Con los documentos respectivos y los profesores enterados de su situación asistió a clases y cumplió con trabajos y exámenes.

Tiene el Registro Único De Estudiante (RUDE), proveídos que autorizaron su inscripción, copias de notas y más.

“Con esto, en teoría, ya deberían estar las notas”.

Pero a mediados de 2014 apareció otro conflicto. No aparecía su nombre en las listas de maestros porque no estaba en el sistema de registros. Concluyó el cuarto de secundaria, pero no tenía notas.

Acudió al Defensor del Pueblo a instituciones que defienden a la mujer, pero nada dio resultado. Los técnicos de la DDE le dijeron que no podían ingresar sus notas porque el sistema antiguo era sobre 70 puntos y el actual es sobre 100. Luego de la peregrinación durante meses, de idas y venidas entre el establecimiento educativo, que ya cambió director, y la DDE, y entre momentos desagradables con funcionarios públicos, lo más que pudo avanzar Torrico es la incorporación de su inscripción en el sistema educativo, pero no las calificaciones.

Cruz dijo que mientras tengan las materias aprobadas y documentos que lo avalen, como las notas de los profesores, los resultados de exámenes, no puede haber contratiempos.

Los cursos están aprobados, pero el conflicto sigue.

La próxima acción de ella es volver al colegio Darío Montaño para pedir, otra vez, que sus notas se incluyan en el sistema. Él tiene agendado retornar a la DDE, porque después de todo el trámite que tiene avanzado lo último que supo es que, además, “se perdieron”, sus libretas de segundo, tercero y cuarto medio.

Apuntes

Un iibro

Daniel Soliz explica que ya no le interesa mucho obtener su título profesional. Ahora tiene un negocio en internet y asegura que eso le permite tener dinero. Lo que sí está en marcha es la publicación de un libro cuyos capítulos se escriben cada vez que retorna a las oficinas públicas. Los adelantos son los post que tiene en su cuenta de facebook como Perdiz Zs. Su publicación incluirá fotografías de su asistencia al Instituto Americano y su recorrido de meses y meses para los papeleos. Expresa, hará críticas al sistema educativo y la burocracia.

El futuro

Para María Eugenia Torrico sí es imprescindible acceder a su título profesional, porque ya tiene varios años sin poder ejercer como abogada. Lamenta no poder tampoco avanzar académicamente porque no le es posible cursar postgrados debido a la falta de título profesional que acredite su formación.

En la actualidad no tiene trabajo, antes trabajó en un kinder para poder sustentarse económicamente.

Dirección de Educación registra 200 de estos casos cada año

La Dirección Departamental de Educación (DDE) informó que cada año registra un promedio de 200 personas que tienen este tipo de problemas en el departamento de Cochabamba.

El director de la DDE, Lorenzo Cruz, explica que estas controversias son de siempre y que la mayoría de los casos se soluciona sin complicaciones.

La autoridad detalla que de los 200 casos anuales la mitad opta por volver a las aulas y pasar clases como estudiantes regulares y la otra mitad decide realizar el pago por cada una de las materias.

Estos conflictos no están referidos solamente a casos en los que los involucrados deben responder por todo un año escolar sino también por materias.

“Esto aparece cuando se detecta que los estudiantes no han pasado legalmente algún curso. En ese caso se tiene que identificar materias con aplazamiento”.

LOS PRIVADOS El director expresa que existe más susceptibilidad cuando se identifica que estos hechos se dan en unidades educativas privadas por posibles pagos irregulares o porque identifican casos de estudiantes que reprobaron en colegios fiscales y aprobaron en particulares.

Una vez que concluyen las clases o exámenes lo que sigue es presentar toda la documentación en orden para realizar el trámite de bachiller.

La DDE exige la presentación de certificado de nacimiento, cédula de identidad y las libretas de los cursos de secundaria para legalizar en las instancias respectivas.

“Las demoras solo pueden ser por observaciones en algún documento”.

En la actualidad, las autoridades de Educación advierten que aminoran estos conflictos porque desde el año 2008 se otorga, además de manera gratuita, el diploma de bachiller cuando los estudiantes concluyen la gestión escolar en sexto de secundaria.

Recomiendan que estudiantes y padres de familia hagan el seguimiento de la entrega de notas y libretas para evitar estos inconvenientes, y también verificar la legalidad de los colegios.

Anécdotas

El humor

“¿Y podrás pagar como estudiante en el transporte público?”, “¿Y tu uniforme?”, “Vamos a los 15 de tus compañeritas y festejamos tu graduación”, “Se lo tuve que leer a mi viejo (exestudiante y exprofe de tu cole). Me dijo que te puede hacer muñeca para que entres en la banda del Amerinst (...)”, son algunos de los comentarios que Daniel Soliz sumó cuando publicó su historia, en facebook, en un primer post titulado “Tengo 30 años y he vuelto al colegio!!”. También tiene mensajes de apoyo.

La Odisea

Daniel Soliz explica que, como parte de una de las materias, leyó La Odisea y se sintió protagonizando la historia, como Odiseo porque pasa obstáculos para llegar a su patria. “Yo siento eso desde 2014 o desde 2001 cuando me cambiaron de colegio. Tengo esa metáfora de volver un día a casa”.

Clases particulares en un café con rock

Soliz recuerda que “era bueno en Física” cuando estaba en colegio, hace más de 12 años. Para su agrado esta materia se trató de desempolvar un poco sus conocimientos que luego salieron muy naturales.

Pero sí tuvo dificultad con Química y ni los tutoriales de YouTube pudieron resolver sus dudas, así que buscó en periódicos a un profesor que le diera clases particulares.

Su profesor de un par de clases nunca había enseñado en un café, con música rock y tampoco a un alumno de 30 años a quien primero vio como al papá de algún colegial que necesitaba el apoyo escolar.

“Se sintió a gusto. Creo que era rockero. Ha debido ser una de sus mejores clases”.

El arte bajo reglas

Este estudiante reconoce que el dibujo técnico, nunca fue su fuerte y que los trabajos muy bien hechos y ordenados le trajeron dificultades. “En el arte siempre fui más dejado y más libre, entonces el profesor me rechazó un trabajo y me riñó. Tuve que sacar paciencia y pasar toda una tarde y parte de la noche para hacer el trabajo pulcro y recién me lo aceptó. Todas esas cosas te hacen sentir escolar”.

El primer día de clases

Algunos estudiantes de su curso a quienes se refiere como “compañeritos” le preguntaban qué hacía en aulas porque ninguno comprendía la situación. “Yo les decía ‘soy tu compañero’, y ellos me preguntaban ‘¿en serio?”.