Jessica Lovon, originaria de Cuzco (Perú), llegó a Bolivia en la década de los 90 con la idea de estudiar medicina, pero particularmente porque en su país el terrorismo era el pan de cada día. Durante más de 14 años, tanto Sendero Luminoso como el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA) sembraron una de las épocas más sangrientas en el vecino país. “Me vine porque quería estudiar medicina, pero después me pasé a bioquímica. Pero también porque aquí encontré mucha tranquilidad, ya que en mi país había mucho terrorismo”, cuenta la propietaria del restaurante “Inka Terra”, ubicado en la calle Oblitas casi Gualberto Villarroel.

Lovon cuenta que se siente más boliviana que peruana. Tuvo sus dos hijos en Cochabamba, una de 21 años y el menor de 2.

“No existe un peruano que no tenga buena mano para cocinar, pero el cochabambino se queda con el trono”, explica sonriente la peruana, a quien también le fascinan las danzas folclóricas bolivianas. “Cuzco es folclórico y Cochabamba también. Eso me gusta, incluso bailé morenada en la Fraternidad Transpeco”.

Lovon es parte del directorio de la Unión de Gastrónomos Peruanos (UGP). “Este domingo son las elecciones presidenciales en mi país. Espero que a la hija de Alberto Fujimori (Keiko) le vaya bien. Su padre cambió el Perú”, asegura.