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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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EL BOLIVIANO WINSTON EDMUNDO GONZALES FRONTAURA ES RECONOCIDO POR HABER CAMBIADO LA CARA DEL MERCADO PINHEIROS, EN SAO PAULO

Checho Gonzales, el chef que se destaca en Brasil

Checho Gonzales, el chef que se destaca en Brasil



La revista Veja de Brasil publicó, recientemente, como portada, un artículo titulado “As novas caras do mercado Pinheiros”, refiriéndose a la llegada de astros de la cocina, como caracteriza la nota a los tres afamados chefs (Ales Atala, Checho Gonzales y Rodrigo Oliveira).

El artículo resalta la trasformación de este lugar en los últimos cinco años. De un aspecto decadente a un espacio visitado por empresarios de la región y publicistas de la Vila Magdalena. Gran orgullo boliviano, ya que la persona que tuvo la idea y comenzó este importante proyecto haya sido el boliviano Checho Gonzales.

Winston Edmundo Gonzales Frontaura, más conocido como Checho, es flaco y tiene los brazos tatuados. Vestido de polera negra y con gorra, Checho parece más artista de rock que chef. Y en realidad ese fue el comienzo de toda su historia. Checho quería ser un rockstar, pero cuando ya tenía una veintena de años se dio cuenta de que la música no era para él y cambió la guitarra eléctrica y los estudios de ensayo por los cuchillos, las cacerolas y la cocina, dedicándose plenamente al oficio con el que económicamente se mantenía y que sabía hacer, cocinar.

Con más de treinta años de una dilatada y prestigiosa carrera, Checho explica que no decidió ser chef, sino que las circunstancias lo llevaron a dedicarse a una profesión que ahora tiene prestigio, pero que en aquella época era visto como subempleo.

En Río de Janeiro conseguiría hacer una carrera formal y, posteriormente, ganaría muchos premios y reconocimientos que lo consagrarían en el grupo de los chefs más importantes de Brasil.

“Yo hago comida migrante”, dice Checho.

Explica que este concepto tiene que ver con los ingredientes que están a la mano y con su propia experiencia de vida. Recuerda que en la década de los años setenta, cuando llegó junto a sus padres a Brasil escapando de la dictadura militar, su madre siempre cocinaba comida boliviana, pero tenía que ingeniársela para que el gusto sea el mismo, debido a que no se encontraban los mismos ingredientes.

Su madre fue prácticamente la primera persona que le transmitió el gusto por la comida. Como anécdota cuenta que cuando a su hija le gusta mucho algo que cocina le dice: “Papá, esto parece la comida de la abuela”.

Checho está orgulloso de ser boliviano y la comida fue su medio para demostrarlo. Por eso, en todas las publicaciones que hablan de él, siempre resalta su origen. Indica que para que el boliviano logre sobresalir tiene que salir del gueto, integrarse con la sociedad.

Puntualiza que los recuerdos más bonitos de su infancia en Bolivia son aquellos en los que disfrutaba comiendo las fresas que se producían en la finca de su padre en la zona tropical de los Yungas.

Por eso, cuando decida retirarse, tiene la idea de volver a ese lugar al que recuerda con tanta nostalgia y cariño. Mientras tanto seguirá con su negocio de comida “Comedoria Gonzales” en el mercado de Pinheiros, donde se puede encontrar entre las muchas ofertas del menú: Ceviche, salteña, plato paceño, choripán y sándwich de chola.

Apuntes

Revista Veja

El artículo sobre el chef boliviano que triunfa en el mercado Pinheiros fue publicado en la revista Veja el 11 de marzo de 2016.

Referente

Su trayectoria es destacada ampliamente en varias publicaciones de ese país.

En 2014, por ejemplo, varios medios publicaron cuando Checho Gonzales abrió su Comedoria en el mercado central Pinheiros, en la ciudad de Río de Janeiro.

Su proyecto

El chef boliviano asegura que cuando decida retirarse piensa retornar a los Yungas (Bolivia), a la finca de su padre, donde se producen fresas.

De niño

Checho Gonzales llegó a Brasil cuando tenía siete años, acompañando a sus padres.

La cocina

El gusto por la cocina y por cocinar los heredó prácticamente de su madre, a quien le emocionaba preparar platos típicos de Bolivia, pese a que en algunos casos le era difícil encontrar los ingredientes adecuados.

Bromista

Checho Gonzales bromea diciendo que llegaron “en llamitas”, mientras deja ver los dos dientes platinados que resaltan en su sonrisa.