Entre salteñas y moqonchinchi, picantes y k’allus, el restaurante boliviano Los Andes logró posesionarse entre los 100 más gustados de Estados Unidos.

Recientemente Yelp.com, una guía de los mejores servicios de hoteles, restaurantes y vuelos, ubicó a Los Andes en el puesto número 54 de la lista, recogiendo la calificación de miles y miles de comensales en el mundo. Es el tercer año que el restaurante boliviano figura en esta mentada lista.

Además, Trip advisor, otra empresa especializada en la calificación y sugerencia de los mejores restaurantes en la ciudad de Providence Rhode Island, Estados Unidos, la sitúa en el número uno por cinco años consecutivos.

La iniciativa nació con el emprendimiento de Eduardo Curi y su esposa María Nelly Torrico, que en la década de los 90 tuvieron que viajar al país del norte para atender un cáncer que aquejaba a Eduardo.

Con su partida dejaron varios emprendimientos como el primer supermercado de Cochabamba -San Pedro- y una granja de pollos. Curi era conocido también como basquetbolista en La Salle.

Un pequeño puesto de salteñas abrió el negocio en Estados Unidos, a éste le añadieron la venta del refresco de moqonchinchi (durazno deshidratado), luego sumaron unos panecillos de arroz, unos anticuchos y otros pequeños antojitos vallunos, hasta llegar a los 35 platos fuertes, 11 aperitivos, 3 sopas (maní, chairo y locro) y 3 ensaladas que hoy son demandados por comensales de todas las nacionalidades del mundo.

Semanalmente se sirven alrededor de 3.500 platos fuertes y los clientes viajan hasta cuatro horas en vehículo solo para venir al restaurante. “Jamás pensamos llegar tan lejos”, señala el hijo y chef ejecutivo Cesín Curi.

Entre los platos más populares están el pique a lo macho, el fricasé, el chicharrón de cerdo, el picante de lengua, además de las añoradas salteñas.

Si bien la comunidad boliviana fue la que le dio el puntapié inicial para lanzar al éxito esta inquietud gastronómica, ahora es la clientela norteamericana la que afianza su calidad y presencia entre los mejores restaurantes de comida internacional en el país del norte.

Con la variedad de clientela, incursionaron también en la comida peruana, las carnes a la parrilla y los mariscos, que avivaron el éxito de este pequeño espacio ubicado en la avenida Chalkstone Nº 903, Providence, en Rhode Island, Estados Unidos.

Este emprendimiento familiar al que se sumaron los hijos, Mónica, Susana, Omar, Diego y Cesín emplea a 35 personas, entre chefs, meseros y personal de servicio. La cocina es comandada por Cesín y complementada con el exquisito gusto del chef peruano Miguel Bocanegra.

La demanda es la que desde siempre ha determinado el crecimiento y dinámica del restaurante boliviano. Ahora la perspectiva es seguir avanzando, esta vez con la instalación de una tienda exclusiva de productos de los Andes y carnes con cortes especiales para la preparación de comida boliviana.

Habrá costillitas de cerdo, cortes para chicharrón, churrascos, pero también productos como mote, chuño, trigo pelado y locoto. "Pensamos en una tienda muy especial, donde la gente se informe y conozca la historia tras del chuño, de la quinua y de todos nuestros productos", explica Cesín.

Datos
Instalaciones
Los Andes Restaurant está ubicado en la avenida Chalkstone, Providence en Rhode Island, Estados Unidos.

Ambientes
El restaurante tiene dos ambientes, uno más sobrio y reservado y otro al aire libre, rodeado de un pequeño jardín con fuentes de agua.

Atención
Los Andes Restaurant tiene a 35 personas que trabajan en la atención de lunes a viernes con el servicio de cena y platos especiales; y los sábados y domingos con almuerzo familiar y cena.

Empresa
Luego que los padres, Eduardo Curi y María Nelly Torrico, decidieran cerrar su primer restaurante, los hijos retomaron la iniciativa y la hicieron grande. Actualmente Mónica, Susana, Omar, Diego y Cesín continúan en el negocio, mientras que Eduardo optó por una carrera militar.

Publicidad
La mayor publicidad que este centro gastronómico ha recibido fue la de sus propios comensales que recomiendan el servicio a los amigos y familiares, y hasta el día de hoy siempre regresan, aunque para ello tengan que conducir por más de cuatro y cinco horas en carretera.