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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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Llamados de auxilio presidenciales

Llamados de auxilio presidenciales
Un poco después de que el presidente Evo Morales subiera al poder por primera vez el 22 de enero de 2006 se reunió en un almuerzo con los directores de periódicos del país con los que conversó de varios temas, entre ellos de la necesidad de que todos: empresarios, universidades y profesionales en general hicieran llegar al Gobierno sus proyectos porque lo que más se necesitaba en ese momento era que la gente se pusiera a pensar, investigar y proponer. Tal parece que 10 años después estamos en el mismo punto, pero por motivos distintos a los de entonces.

Las causas del retorno al mismo punto son, sobre todo, económicas. Desde que el precio del barril del petróleo comenzó a descender, los ingresos que el Estado percibe por la venta de gas natural empezaron a bajar (en 2015 se habría dejado de recibir 400 millones de dólares). Por ello, el Gobierno empezó a movilizarse en pos de nuevos recursos, sobre todo inversiones. Para tal efecto, el Primer Mandatario viajó a Estados Unidos, Alemania, Francia, Irlanda e Italia.

En todas las reuniones que el Presidente sostuvo llevó varios mensajes, entre ellos el ofrecerles a los empresarios escenarios de seguridad en caso de que se animaran a invertir en el país. Así fue por ejemplo en Nueva York, donde Evo Morales participó el 26 de octubre del año pasado en la conferencia “Investing in the New Bolivia” (“Invirtiendo en la nueva Bolivia”), organizada por el Financial Times, con el objetivo de presentar a Bolivia ante más de 130 empresas como un lugar para invertir. Ese día, el Gobierno boliviano les ofreció “seguridad jurídica y estabilidad económica” y aseguró que la “propiedad privada está garantizada” en este país.

Mayor el apuro tomando en cuenta que el monto que el Gobierno ha fijado para invertir en los próximos años es alto: 48.574 millones de dólares. Con ese dinero se buscaría apuntalar algunas áreas como la salud; desarrollar la industria en Bolivia para que dejemos de ser solo productores de materias primas y se tomaría recaudos para ofrecer a los bolivianos seguridad alimentaria partiendo de la idea de autoabastecernos como país y dejando de importar hasta las semillas como ha venido ocurriendo con algunos productos.

No debe ser nada fácil ser Gobierno en época de vacas flacas porque Evo Morales ha empezado a lanzar señales de auxilio. Por un lado hacia organismos financieros internacionales como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), con los que quiere planificar para ver cómo Bolivia puede hacer frente a los bajos precios del petróleo y, por otro, hacia los empresarios para que entre todos se generen fórmulas del éxito.

Importante que busque ayuda quien no tiene todas las respuestas en sus manos, es lo correcto por donde se mire; aunque seguramente no faltará quien, molesto por los continuos ataques del que es objeto cuando le llaman neoliberal opositor, se cruzará de brazos para mirar de palco cómo sale del aprieto ahora Morales.

Y es que las preocupaciones del Presidente boliviano tienen para más adelante el reto de que, si quiere ser nuevamente Presidente después de 2019, deberá primero asegurar a las y los bolivianos hasta esa fecha estabilidad política, social y económica, porque de nada le serviría que el Sí gane en el referendo del 21 de febrero para que en las elecciones presidenciales luego pierda.

A pesar de ello y pensando primero en el país antes que en nada ni nadie, todos debiéramos ponernos manos a la obra para colaborar con nuestras ideas, diagnósticos y propuestas porque lo que está en juego es más grande que nosotros mismos: el país.