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Crímenes y voluntad política

Crímenes y voluntad política
A las 16.15 de este domingo, unos 80 policías detuvieron a Felipe Froilán Molina, alias El Killer, sentenciado en 2007 por la muerte del líder socialista Marcelo Quiroga Santa Cruz, entre otros delitos cometidos durante el golpe de García Meza en 1980. Horas después, el presidente Evo Morales hacía el sorpresivo anuncio en Santa Cruz.

El Killer estuvo siete años prófugo y un gran operativo hizo posible su captura en Cota Cota, La Paz. Ahora deberá purgar una pena de 30 años de prisión sin derecho a indulto, además de decirle al país dónde se encuentra enterrado el cuerpo de Marcelo.

Ya es tiempo. La familia ha esperado 36 años para que se haga justicia; pero esta no iba a llegar nunca sin un poco de voluntad política, la misma que en su momento no tuvo el gobierno de Hugo Banzer, durante el cual un periódico, Presencia, hizo conocer de forma primicial el nombre de El Killer.

Frente a tal noticia con la que abrió el periódico Presencia su portada, el Gobierno de Banzer no hizo nada y ahora se conocen un poco más los motivos como, por ejemplo, que quien cayó este domingo fue guardaespaldas de la esposa de Banzer.

No solo eso. Según las declaraciones de Luis García Meza, fue Banzer quien mandó a matar a Marcelo Quiroga Santa Cruz porque “le estaba haciendo un juicio de responsabilidades y él tenía terror al juicio. Lloraba en mi casa”. Después, habría sido Luis Arce Gómez quien informó a García Meza sobre la muerte del líder.

Esto se supo gracias a Gezien Mansilla, quien le hizo una entrevista a Luis García Meza como parte de su trabajo de titulación en la Carrera de Comunicación de la Católica de La Paz en el área de periodismo. Ella le preguntó a García Meza si sabía quién mató a Marcelo, él le respondió: “Sí, había un suboficial que era muy de confianza de Banzer. En el bullicio de cuando salían de la COB, cualquiera hubiera pasado desapercibido, pero este señor, apodado El Killer, estuvo en toda la época del gobierno de facto de Banzer, lo conocía a Marcelo. Entonces, cuando estaba saliendo de todo el bollo de gente por las gradas, él lo reconoció, lo agarró y lo bajó hasta el descanso y ahí le metió un balazo”.

Ahora se podrá entender mejor por qué al Gobierno “democrático” de Banzer le incomodaron siempre las investigaciones de Presencia, la que tampoco existe hoy.

En todo caso, bien por el Gobierno de Evo Morales que dio con el paradero de El Killer. Sin embargo, esta voluntad política demostrada sería más visible si es que se pidiera a los militares abrir todos sus archivos de las dictaduras, porque el país necesita saber en qué exactamente y de qué forma estuvieron involucrados los uniformados para terminar de cerrar las viejas y dolorosas heridas.

En este afán debieran contribuir los militares porque les guste o no, lo ocurrido es parte de su historia como en algún momento la existencia de los nazis fue parte de la historia de la que hoy muchos alemanes se avergüenzan, pero la tienen incluso presente en sus museos para que los jóvenes la conozcan, con el fin de nunca más volver sobre esos pasos.

En todo caso, la caída de El Killer no solo demostró la voluntad política del Gobierno de Evo Morales, sino que fue muy bien aprovechada como un golpe de imagen por cuanto fue el propio Primer Mandatario quien dio a conocer tal noticia y al día siguiente fue nuevamente él y luego el Ministro de Gobierno quienes hablaron del buen trabajo de la Policía.

Además, el Presidente aprovechó para hacer algunos anuncios de beneficios futuros para los uniformados de verde olivo. Ahora solo resta esperar la misma celeridad policial en otros casos que duermen el sueño de lo injusto en Bolivia.