Opinión Bolivia

  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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EL QUILLACOLLEÑO ES EL EMBLEMA VIVO DEL PEDAL BOLIVIANO. CUMPLIÓ 62 AÑOS, VIVE Y RESPIRA EL DEPORTE QUE LO CONSAGRÓ MÁS DE 168 VECES EN EL PODIO. SE RETIRÓ A LOS 32, CUANDO AÚN TENÍA PARA MUCHO M&AM

Cueto, memorias de una leyenda viviente

Cueto, memorias de una leyenda viviente



Tres décadas después de aquella época laureada, Édgar Cueto se sienta en la sala de su cocina y vuelve a meterse en el mundo de los recuerdos. Su espacio actual: una modesta casa vieja en Quillacollo, donde habitan un sinfín de vivencias archivadas en su memoria, ese baúl gastado que se desempolva con gratitud ante cualquier visita bienvenida.

Haber sido nombrado como El Mejor Deportista del Siglo de Bolivia durante su época competitiva no es producto del azar.

Cueto, el hombre que dominó las agujas del reloj haciendo que ése aparato funcionara a su antojo, sigue portando la etiqueta de legendario ciclista boliviano. Hasta ahora, ningún pedalista (ni el mismísimo Óscar Soliz) ha sido capaz de igualar sus proezas conseguidas en la década del 70.

Para quien poco conoce sobre él, es necesario mencionar que acumuló 168 títulos internacionales y batió un récord mundial en Moscú, Rusia, en 1979.

Cuando rememora aquellos momentos que le dieron sentido a su existencia, don Édgar sonríe levemente.

En su gesto se esconden la tristeza y la incertidumbre de saber qué hubiese ocurrido si participaba en el Giro de Italia, cuando el Comité Olímpico Mexicano se interesó en ese muchacho de no más de 25 años y quiso sumarlo a sus filas.

“Era mi sueño. Cuánto hubiese anhelado estar allí. Pero lamentablemente no me dejaron”, sintetiza.

No cabe duda de que estamos frente a un personaje imborrable de la historia deportiva cochabambina. Es conocido por jóvenes valores y por viejos colegas. Todos coinciden en que su habilidad sobre las dos ruedas es inigualable.

Su presente está lleno de nostalgia, de memoria acumulada y de sueños truncados. Su habitación habla de sí mismo: una TV pantalla plana transmitiendo imágenes en vivo del Tour de Francia y, al lado, más de 20 bicicletas que fueron parte de su vida. La esperanza de este hombre de 62 años es que no se pierda el amor por el deporte.

Villazón, emblema nacional

José Villazón Peredo (+) fue el preparador físico de la Selección Nacional que participó en el campeonato Sudamericano de 1963 y que salió airosa de dicha organización (ahora conocido como Copa América).

Gracias a su compromiso al frente del elenco boliviano de fútbol, Villazón fue homenajeado luego de que su nombre le diera vida al coliseo de voley que actualmente se asienta en la Costanera.

El cochabambino fue parte de ese equipo legendario que se alzó, por única vez, en un campeonato de esas características.

El entonces preparador físico fue esencial para el acceso al título que consiguieron jugadores como Wilfredo Camacho, Roberto Cainzo, Eulogio Vargas y Arturo López, entre otros grandes exponentes del fútbol nacional.