Opinión Bolivia

  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
  • Actualizado 03:42

LOURDES CRUZ REPRESENTÓ A LOS NIÑOS TRABAJADORES DE BOLIVIA PERO COMO LOS ORGANIZADORES DE LA CONFERENCIA INTERNACIONAL NO APROBARON SU DISCURSO LE DIERON MICRÓFONO A LA COB

La voz de la boliviana a la que la OIT le impidió hablar por los niños

La voz de la boliviana a la que la OIT le impidió hablar por los niños


Lourdes Cruz Sánchez es una adolescente que ya cumplió los 17 años aunque parece menor. Ella trabaja desde que era una niña, primero en el cementerio de Potosí y ahora confeccionando ropa en su propio taller mientras estudia en la universidad. Es un trabajo agotador, pero nunca tan duro como la experiencia que le tocó vivir en junio pasado cuando viajó a Ginebra, Suiza, para representar a los niños y adolescentes trabajadores de Bolivia en la 104ª conferencia de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Lourdes llevaba una posición de los menores trabajadores bolivianos, pero sufrió la decepción más grande cuando los organizadores le impidieron hablar porque no estaban de acuerdo con lo que ella iba a decir.

“He vuelto decepcionada, porque no me han dejado tomar la palabra” , cuenta Lourdes, la hija de una familia minera de Potosí al periodista Peter Strack.

La menor relató que hizo el viaje a principios de junio y que la misión encomendada por los trabajadores bolivianos de corta edad era defender el nuevo Código de la Niña, Niño y Adolescente de Bolivia, “que prioriza la protección de los niños ante la prohibición de su trabajo”.

“Escuchar tantas cosas de tu país, porque decían barbaridades, y no poder hablar, es horrible. Decían que el nuevo Código de Bolivia es un retroceso, cuando ellos no se dan cuenta, que hay miles de niños y niñas trabajando en sus propios países. Son ellos los que están dando un paso atrás, porque no nos dejan pensar, elegir y lo peor, ni siquiera nos quieren escuchar”.

La que habló a nombre de los niños, niñas y adolescentes trabajadores de Bolivia (NAT) fue la Central Obrera Boliviana. “ Ya nos habíamos reunido antes con ellos y nos comentaron que no estaban de acuerdo con el Código y les dijimos que nosotros sí y que era mejor que ellos no hablen por nosotros”, recuerda Lourdes.

Pero la representación de la COB habló en la conferencia “y pidió que una comisión de la OIT venga a Bolivia, a arreglar el Código. Esto fue como un puñal por la espalda”, confesó Lourdes, que además es integrante de un movimiento latinoamericano de niños trabajadores.

El Ministro de Trabajo de Bolivia fue la única persona que defendió la nueva legislación nacional.

“Hicimos unos carteles, que decían ´Escuchen a los Niños Trabajadores´, pero los de seguridad nos vieron, y a los demás compañeros, de Paraguay y Venezuela, ya no los dejaron entrar. Claro, en los pasillos pudimos hablar con algunos periodistas , pero lo triste es que en donde debían escucharnos, no lo hicieron". Varias cadenas de televisión, según la representante de los NAT, les hicieron entrevistas y anunciaron visitar Bolivia.

Lourdes cree que es fácil juzgar sin conocer la realidad de cada familia o país y que el trabajo de los menores siempre existirá mientras hayan desigualdades económicas y pobreza. “Eso no va a cambiar, lo que sí puede cambiar es que ese trabajo de los niños y niñas trabajadores sea reconocido y protegido por las leyes para que ellos no se conviertan en víctimas de la explotación y tengan derechos”, opinó la menor trabajadora.

Niños latinos no son europeos

Lourdes Cruz contó que en Suiza pudieron conversar con un funcionario de la Comunidad Europea, quien les habría explicado que la mirada de la OIT siempre estaría relacionada con abolir el trabajo infantil en todo el mundo, tal y como ocurre en Europa.

“El niño europeo no trabaja porque no tiene necesidad, ni una cultura de trabajo y quieren imponernos ese modelo, pero nuestra realidad es distinta, fuimos a varias reuniones para que intenten entender nuestra realidad y que no nos impongan. En Europa me he dado mucha más cuenta del diferente rol que tiene el trabajo en nuestras culturas".

Sin embargo, las reuniones no fueron fructíferas. Lourdes percibió que la OIT mantiene una posición radical en cuanto a su propuesta de abolir el trabajo de los niños, “porque el mismo afecta sus estudios y su futuro. Lourdes les replicó, que ella pudo estudiar gracias a su trabajo, pero le dijeron que cada gobierno debería encargarse de garantizar los estudios de los menores.

“En mi país nadie me va hacer callar cuando venga la OIT”

Lourdes expresó su tristeza porque si bien algunos representantes de otros países les apoyaron, la mayoría “atacó” a Bolivia y ella no pudo defender la posición de los protagonistas, los niños, niñas y adolescentes trabajadores.

"Allá me callaron fácilmente, pero en mi país nadie me va a hacer callar y si viene la comisión de la OIT a pretender cambiar el Código, vamos a estar pendientes y acá sí van a tener que escucharnos y entender nuestra realidad”, dijo decidida.

Lourdes siente el respaldo del Ministro de Trabajo quien le aseguró que el Gobierno boliviano defendería el Código Niño, Niña Adolescente porque el objetivo del mismo es proteger a los menores que trabajan y que no dejarán de hacerlo por decreto.

Lourdes : “El trabajo nos hace tomar en serio el

estudio”

Lourdes Cruz no está de acuerdo con el argumento de que el trabajo impide que los niños y adolescentes estudien. “Porque he trabajado, puedo estudiar y si bien existen algunos NAT que no estudian, la mayoría sí estudiamos y como desarrollamos responsabilidad para cumplir el trabajo, nos tomamos en serio el estudio, porque sabemos que es la forma de que tengamos acceso a más oportunidades, no es una obligación, sino lo vemos como una oportunidad”.

En cuanto a los niños trabajadores que no estudian, Lourdes dijo que hay que buscar la forma de incorporarlos a la escuela, pero sin impedirles que trabajen porque es parte de su cultura y de su realidad.