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Batalla de Calama

Batalla de Calama



El 23 de marzo de 1879 tiene lugar la Batalla de Calama, en la que las fuerzas chilenas vencieron a un grupo de fuerzas bolivianas.

La Batalla de Calama o Batalla del Topáter como se la conoce también fue el primer enfrentamiento armado de la Guerra del Pacífico.

Después de tomar el puerto de Antofagasta se hacía importante asegurar la ocupación del Despoblado de Atacama, territorio en disputa entre Chile y Bolivia desde 1842. Pero para consolidar la conquista chilena fue necesario ocupar el principal centro de abastecimiento en medio del desierto más árido del mundo, mientras las tropas bolivianas ya aprovechaban este hecho para movilizar las pocas tropas regulares acantonadas en el pueblo y los hacendados con sus peones.

Durante la Batalla de Topáter, el coronel Eduardo Abaroa era parte de una fuerza boliviana, cuya misión era defender un puente que cruza sobre el río Loa y vía de acceso a la ciudad de Calama.

Se lanzó a la lucha con inquebrantable decisión. No le bastó quedarse en una de las trincheras del Topáter. Cruzó el río encabezando al mayor Patiño, el oficial Burgos y los ocho rifleros. Patiño, Burgos y los soldados cayeron prisioneros. Él permaneció en una zanja armado del Winchester que llevaba desde principio y de otros dos recogidos, de compañeros caídos a su lado. El peón que vino con él desde San Pedro de Atacama le ayudaba a cargarlos. Abaroa era tan Quijote que tenía hasta su escudero.

El subteniente chileno Carlos Souper narró en una carta que se publicó en un diario de Valparaíso: "Cuando el enemigo desamparó bien las trincheras fuimos avanzando, saltando fosos y cercas, llegando a un cerco chico, donde había muchos matorrales y un fosito de 10 varas de largo, con un puentecito de menos de una vara de ancho por donde había que pasar.

Nos sorprendió constatar que un boliviano desde dentro hiciera fuego a más de 100 hombres, entre caballería y el 2º de línea, que iban a pasar por allí. Pues amigos, nos dio balas duro y fue imposible pillarlo por mucho que se lo buscaba.

El coronel Villagrán, a cargo del destacamento chileno y con quien Abaroa se había entrevistado el día anterior, consideró la acción de Abaroa como temeraria pero patriótica, por lo cual al principio dio órdenes de no disparar, sin embargo, luego de pasadas las horas y con soldados chilenos heridos conminó a la rendición a Abaroa. El coronel Villagrán no podía esperar más, y lanzó un grito a su oponente: "Abaroa, ¡Ríndase!"

El conminante grito resonó en el Paso Topáter, y la respuesta, plena de orgullo y llena de la sin razón de los hombres que combaten, tronó en el aire: "¿Rendirse?... ¡Qué se rinda su abuela, carajo!"

Y en ese grito, con esa respuesta, Eduardo Abaroa pasaba a la historia.

El coronel Villagrán ordenó el disparo de un mortero, lo cual mató a Eduardo Abaroa y dejó heridos a varios de sus hombres.

Terminada la batalla, el cuerpo de Abaroa fue enterrado con honores por el Ejército chileno, el día 23 de marzo en el cementerio de Calama. Su entierro fue hecho con honores de héroe efectuándose veintiún disparos en su honor y siendo envuelto en la bandera chilena a falta de una bandera boliviana.