Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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UNA JOVEN FUE ENGAÑADA CON UNA FALSA OFERTA DE TRABAJO. BAJO AMENAZAS, POR UNA SEMANA LA VENDIERON A DISTINTOS “CLIENTES” EN UN LENOCINIO, HASTA QUE UNO DE ELLOS LE AYUDÓ A ESCAPAR

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“Me obligaban a vestirme de colegiala, de cholita y con otros trajes horribles que pedían los clientes”, contó llorando una joven a la Policía, poco después de ser rescatada el pasado 16 de marzo. Ella es Daniela, de 22 años, que en su búsqueda de trabajo se encontró con la maldad de criminales que explotan a las mujeres como objetos sexuales.

Confió en dos mujeres que el 9 de marzo, en la plaza San Sebastián, le ofrecieron trabajar como mesera en un restaurante por un sueldo de dos mil bolivianos mensuales y terminó como esclava en el lenocinio Barra Americana de la avenida 6 de Agosto.

La pesadilla de Daniela duró una semana. Relató que una de las reclutadoras que la engañó con la falsa oferta del trabajo de mesera, La Choca, la llevó hasta el lenocinio que parecía una casa y adentro le entregó un diminuto traje. La joven se espantó y le dijo que quería irse. El dueño del local intentó convencerla, pero ante su negativa, quiso golpearla. El administrador de la Barra Americana, local que funciona hace varios años, intercedió por Daniela, no por piedad, sino porque la consideraba “una buena mercancía y era mejor no dañarla”.

Para doblegarla la dejaron sin agua ni comida, pero como la joven no cedía, la amenazaron con matar a su familia, pues ella misma les había dado su dirección a las mujeres que le ofertaron el trabajo.

Atemorizada, la joven accedió. Le obligaron a vestir trajes diversos y luego la llevaron junto a otras mujeres al living para exponerla, como en una vitrina, a los clientes.

Daniela fue explotada y jamás vio un centavo del dinero que pagaban por ella. Para que no huyera, la encerraban y no la dejaban salir ni al patio.

SU SALVACIÓN El 16 de marzo uno de los clientes, luego de verla, ofreció una buena paga a cambio de llevar a Daniela a su casa. El dueño del lenocinio aceptó y la mandó con escolta que la siguió en un auto. La joven aprovechó, cuando estuvo a solas con el cliente, para contarle su desdicha y pedirle ayuda. El hombre lo hizo. Cuando la llevaba de retorno le dijo que frenaría el auto y que ella escape. Daniela bajó y un patrullero policial que estaba en la zona la auxilió.

La FELCC intervino el local, capturó al dueño, al administrador y a una de las reclutadoras. Están prófugos un guardia y otra de las reclutadoras. Hallaron más de 20 fotocopias de carnets de identidad de mujeres, trajes, etc.