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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 19:01

ENTRE EL 1 Y EL 6 DE MARZO DE ESTE 2015, UN OFICIAL Y DOS POLICÍAS FUERON APREHENDIDOS POR TRÁFICO DE DROGAS. DOS DELINQUÍAN EN SUS FUENTES LABORALES. UNO ES UN VOLTEADOR PRONTUARIADO

Caen tres policías traficando droga

Caen tres policías traficando droga



Al escándalo nacional de la captura del general de la Policía, Óscar Nina, su hijo el teniente Óscar Hugo Nina y el capitán Xabier Raúl Millán, por presuntos vínculos con el cártel de Sinaloa, y a la grave denuncia de la existencia de policías extorsionadores y secuestradores en Santa Cruz, se suma un nuevo escándalo en la institución verde olivo. En Cochabamba, en seis días del mes de marzo de este año, tres policías fueron capturados acusados de traficar drogas. Dos de ellos en su fuente laboral.

PRIMER CASO Ocurrió el domingo 1 de marzo en la cárcel de El Abra. Una mujer que iba a visitar a su esposo recluido fue sorprendida cuando intentaba introducir 139 gramos de droga de cocaína. La aprehendida terminó confesando que el tráfico de estupefacientes era planificado en complicidad con el cabo Elías Mamani, quien debía trabajar en la seguridad del penal, pero más bien le facilitaba el ingreso y se ocupaba de evitar que la traficante fuera requisada por otros policías. El flujo de llamadas entre la mujer y el cabo era constante. Ambos están detenidos en la cárcel de San Pedro de Sacaba.

SEGUNDO CASO El jueves 5 de marzo, el sargento Sergio Larrea Diez de Medina fue aprehendido por policías de la FELCN con dos kilos de droga y en compañía de una persona de civil, en la avenida Chapare de Sacaba. Su audiencia fue el viernes y fue enviado a la cárcel de El Abra.

Sergio Larrea formó parte de diferentes grupos de policías volteadores de droga (ladrones que roban a narcotraficantes). En el caso del linchamiento de tres policías en Epizana, fue el que falsificó las bajas médicas de sus camaradas para que el 26 de febrero de 2008 pudieran faltar a sus unidades y ejecutar un volteo mayor.

En 2013, Larrea fue capturado junto a otros policías (Alfredo Mamani, Alejandro Choque, Porfirio Rogelio Churqui) en posesión de cuatro kilos de pasta base de cocaína. En 2015, vuelve a caer con dos kilos de droga.

TERCER CASO El viernes 6 de marzo, el jefe de Seguridad de la cárcel de San Antonio, el teniente Diego Óscar Céspedes Pérez, ordenó al cabo de llaves que dejara entrar a la visita Carla Fernández Espinoza para tomar contacto con el recluso Julio Martínez para entregar una bolsa de pollo frito.

Céspedes instruyó que la bolsa no fuera revisada porque “ya lo habían hecho”.

Este diario conoce que agentes de Inteligencia que estaban en el lugar requisaron la bolsa con comida y descubrieron que en medio del pollo había 1.005 gramos de marihuana. La mujer fue aprehendida y ella admitió que actuaba en complicidad con el teniente Céspedes. Ayer, el oficial fue convocado a prestar sus declaraciones ante la Fiscalía y aprehendido por el delito de tráfico de sustancias controladas. Su audiencia de medidas cautelares está prevista para hoy.

Pero, ¿quién es el teniente Diego Céspedes? Es el oficial que el 30 de junio de 2014 fue identificado por los chuteros (dueños de vehículos indocumentados) del Chapare como uno de los jefes policiales que les cobraba “vacunas” que oscilaban entre 400 bolivianos y 350 dólares para que sus carros puedan circular sin ser molestados o secuestrados por los agentes. Céspedes fue sometido a una investigación interna en la Policía y la Fiscalía prometió efectuar una pesquisa en el ámbito penal, pero el oficial siguió trabajando hasta que ahora fue implicado en un caso de tráfico de drogas.

Volteadores vuelven a la Policía

En filas de la Policía de Cochabamba existe malestar entre los “buenos” policías que lamentan que sus camaradas enloden a la institución. Algunos, bajo reserva de identidad, cuestionaron ayer el papel de la Dirección Departamental de Investigación Policial (Didipi) que recibe denuncias gravísimas contra varios agentes y las “evapora”. El caso de Sergio Larrea es solo un ejemplo. En 2013 fue enviado a la cárcel de El Abra por asociación delictuosa y tráfico de drogas. El 4 de abril de ese año, el excomandante Erwin Montaño presentó una querella en contra de Larrea y anunció que fue dado de baja de la Policía junto a sus cómplices. Sin embargo, Larrea volvió a la Policia. ¿Cómo lo hizo y qué confianza puede tener la población en un agente con tales antecedentes? se le consultó al comandante Wálter Valda y éste explicó que Larrea no fue procesado internamente en la Didipi porque la Ley 101 estaba suspendida y el caso fue derivado a Secretaría Técnica.

“En la vía penal, no sé por qué el juez le dio medidas sustitutivas y salió libre”, pero la normativa dice que mientras él no sea sentenciado, tiene derecho a seguir trabajando, aunque haya sido sorprendido en pleno delito robando droga.