Dayana García dormía junto a sus dos hermanitos sobre una payasa (colchón de paja) cuando la vela que los iluminaba cayó a la cama y la incendió.

Los niños de tres y dos años pudieron escapar de las llamas, pero la bebé de 10 meses no se salvó de la hoguera que le quemó la mayor parte de su cuerpecito.

Sus ojos vivaces y su tranquilidad conmueven pues parece ajena a su drama. La bebé perdió el brazo izquierdo por la calcinación, también la oreja del mismo lado y gran parte de su cabellera.

Según los médicos del Pabellón de Quemados del Hospital del Niño, donde está internada desde el pasado viernes, la pequeña debe permanecer por lo menos dos meses en el centro médico.

Además, su recuperación demorará toda su vida. Solo cuando Dayana llegue a la adolescencia se podrá realizar la cirugía reconstructiva de su oreja. Mientras tanto, harán esfuerzos para resolver la falta de cabello.

Los niños menores de cinco años son las principales víctimas de quemaduras en accidentes domésticos. En la mayoría de los casos se queman la cara con agua o aceite caliente y las secuelas los acompañan de por vida, indicó el director del Pabellón de Quemados, Óscar Romero.

CAMPAÑA A partir del domingo y por una semana se realizarán cirugías reconstructivas en niños cuyas cicatrices les han quitado funcionalidad a sus extremidades y órganos importantes.

Las personas interesadas en beneficiarse de una operación deben acudir al Pabellón del Quemados del Hospital del Niño Manuel Ascencio Villarroel para someterse a una evaluación.

Las operaciones son gratuitas y serán realizadas por profesionales especialistas que llegarán de Estados Unidos a través de la organización Compañeros de las Américas.