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  • Diario Digital | jueves, 18 de abril de 2024
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EL EXPRESIDENTE CARLOS MESA GISBERT PRESENTÓ SOLILOQUIO DEL CONQUISTADOR, SU PRIMERA NOVELA QUE RELATA UNA HISTORIA BRUTAL, VIOLENTA Y CONSTRUCTORA SOBRE HERNÁN CORTÉS

“Mi obra refleja la pasión, el poder y conquista de Cortés”

“Mi obra refleja la pasión, el poder y conquista de Cortés”





“Soliloquio del Conquistador” es la primera aventura novelística del expresidente y escritor Carlos Mesa Gisbert. Confesó que deja al público lector los juicios de valor de su composición como una prueba de fuego para que no sea la última de este género que escriba.

Mesa presentó su libro la noche del miércoles 17 en el Jardín Japonés de la zona residencial al sur de La Paz, ante un público selecto entre políticos, literatos y familiares y amigos más cercanos.

Esta obra ya fue presentada en Puebla, México y en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

Luego de su presentación explicó las motivaciones, sus alcances, del porqué del título, sus personajes, pasajes claves de su narración. Reconoce lo complicado de ingresar a este género a diferencia de hacer libros de historia o de fútbol.

Esta novela ha sido publicada en México por la editorial EDAF y por la Universidad de las Américas Puebla.

Comentó que el punto de partida de su obra que se corona en la publicación después de más de 40 años, cuando a finales del 60 y comienzos del 70 hizo conocer la obra de teatro de Carlos Fuentes ‘Todos los Gatos son Pardos’ son los personajes principales Hernán Cortés y la Malinche. Luego la reedición en 1992 con el título de Ceremonias del Alma.

Le da un alto valor al personaje histórico de Malinche o Marina, que a su juicio, es la primera mujer histórica de América. Además la libera del estigma de que “malinche es sinónimo de traidor como se dice en México”, pues considera que es todo lo contrario que junto a Hernán Cortés son los personajes de lo que es hoy México mestizo.

Hace la diferencia del soliloquio respecto del monólogo. Para Mesa, soliloquio es una reflexión en voz alta que lo diferencia del monólogo. Apela a personajes reales, pero mezcla la ficción para invocar a Marina y trasladarse a la conquista de Perú e incluso trasciende al siglo XXI en una faceta de Eva Perón o un personaje rapero de la ciudad de El Alto, Abraham Bórquez quien muere en mayo de 2009.

La obra se escribe en 2008 y luego de una pausa la presenta recién en 2014, lo que demuestra lo complicado que le significó realizar la obra por su recargada actividad post presidencial.

Confiesa que no le preocupa la crítica especializada, sino el juicio de los lectores para su continuidad como novelista.

P: ¿Cuál ha sido su punto de partida de la novela? 

R: Una obra magnífica de Carlos Fuentes ubicada a finales del 60 y principios de los 70, una obra de teatro que se llamó Todos los Gatos son Pardos, luego se reeditó en 1992 con el título de Ceremonias del Alma, era una obra de teatro sobre Hernán Cortés y Malinche.

Hago una mención especial, no es una novela sobre Cortés, sino es una novela sobre Cortés y Marina o Malinche, cualquiera de los nombres que quisieran ponerle a esa mujer extraordinaria que ha quedado vituperada en la historia con la idea del malinchismo, porque si en México hablas de un traidor de quien está en contra de valores que uno defiende como mexicano se dice el malinchismo de ese tipo, de ese político o intelectual se le llama es un malinchista que se asocia a un traidor, que no le hace honor a la figura de Malinche.

Malinche, mujer excepcional

P: ¿La novela gira en torno a Cortés y Malinche?

R: No es una novela exclusivamente sobre Cortés y Marina, pero la línea maestra conductora de la historia es un desarrollo de una pasión. Es una historia apasionada de amor entre el conquistador y esa mexicana de origen nauar, que no tenía ninguna razón para tenerle cariño a los aztecas porque asesinaron a sus padres, que era un cacique local, y los aztecas la habían entregado como esclava y la regalaron como un objeto a un jefe tabasqueño que a su vez la regaló a Hernán Cortés cuando ganó una batalla.

P: ¿Qué representa la Malinche en su novela, porque en México la conocen como una especie de alienada o traidora?

R: La Malinche es una mujer excepcional del México del siglo XVI, porque es una mujer extraordinaria en una sociedad machista como la azteca, mexicana y la española, en esa sociedad donde la mujer no tenía lugar ni punto de referencia. Aparece como el elemento fundamental a través del cual se comprende, se conoce de Cortés.

P: ¿Cómo retratan los mexicanos a estos personajes?

R: Los que retratan a Cortés en el proceso de conquista, nunca dibujan a Cortés solo, está siempre con Marina porque Cortés nunca hizo nada sin ella, porque no hablaba idiomas nativos, por tanto ella era el vínculo por el cual los pueblos mexicanos descubrían la palabra del conquistador. Los mexicanos le llamaban a Cortés “Capitán Malinche” porque quiere decir el capitán de doña Malinche. Me pareció extraordinario que el hombre que conquistó México era conocido por los conquistados a través del nombre de una mujer.

P: ¿Qué muestra la obra?

R: Una historia de pasión, de poder, de ambición, de conquista en el sentido más absoluto de la palabra. Es una historia brutal, violenta y constructora.

La novela comienza con Cortés, no se revela nada extraordinario porque el personaje histórico está ahí y sus hechos son conocidos. Esta obra encuentra a Cortés a los 47 años de edad, el 16 de noviembre de 1532, en la playa de Tehuantepec, cuando no puede ir a México la emperatriz, la esposa de Carlos I, se lo impide y está construyendo barcos que van a hacer posible el descubrimiento de California. Porque esa fecha es el día señalado en que Atahuallpa cae en manos de Francisco Pizarro. Marina ha muerto en 1529 y Cortés decide reflexionar en su soledad y está alejado de su nueva esposa la señora Isabel de Zúñiga quien se queda en España.

En esa reflexión, ya en la parte de ficción, Cortés decide convocar a Marina que llega como un espectro desde las aguas del mar del sur, porque él quiere reflexionar sobre la conquista y le dice que sean testigos de un episodio en el que no son protagonistas para que puedan entender la dimensión de sus actos.

Empieza con la historia y se aloja en la ficción

P: ¿Es decir, la obra comienza con un hecho histórico y se aloja en la ficción?

R: Así es, porque en la novela Cortés después de convocarla de la muerte de Marina la lleva hasta el lago Titicaca, Cajamarca, donde se encontrará con Francisco, Hernando y Gonzalo Pizarro, Hernando de Soto, además hacemos encontrar con un héroe, que para mí es verdaderamente un héroe incaico. Confieso que nunca he sido muy proclive a la figura de Atahuallpa por muchas razones, porque el primer héroe incaico me parece Manco II, que es el inca rebelde, es quien combate para reconquistar Cusco y decirles a los españoles que no iba a tolerar su presencia. Ese Manco II es también protagonista de la novela, también nos encontraremos con Bartolomé de las Casas en Valladolid en ese momento, creo crucial para la humanidad cuando discuten sobre el alma de los indígenas.

P: ¿Cómo podemos concebir la novela de Mesa?

R: La novela es un conjunto de hechos, personajes y acontecimientos que tienen una línea conductora en la reflexión en primera persona del conquistador, de algún modo supongo que hay una suerte de traición personal, la mía, a mis propias ideas que se van metiendo de contrabando en el pensamiento de Cortés.

Lo que intento es algo que me parece fundamental, no existe un historia de buenos y malos, de héroes y villanos, de cielos e infiernos. Lo que hay son seres humanos paradójicos, contradictorios y miserables. Es imposible entender el desarrollo de la humanidad sin comprender que los aztecas necesitaban todos los días la sangre de aquellos pueblos que eran dominados por ellos. También representa la espada sangrienta de Cortés en algunas masacres, significa a Atahuallpa que decide aniquilar a toda la familia de Huáscar, significa el secuestro de Atahuallpa, el haber perdido la riqueza más grande del imperio peruano y ajusticiarlo en julio de 1533. Por eso podemos hablar de la construcción de un mundo a partir de la exclusión y a partir de la recomposición.

P: ¿Es decir en su obra muestra muchas facetas históricas de la región?

R: Muestro varias facetas. Por ejemplo, hay un capítulo que dedico a algo que le pasó al cadáver de Eva Perón, ese cadáver itinerante que no llega nunca, que pasa de un lugar a otro, que es profanado y lo mismo le pasó al conquistador de México que tuvo sus huesos dando vueltas clandestinamente o en momentos de gran honra reconocido por grandes hombres de la humanidad y después execrados como uno de los peores villanos, y ahora reposa en una pequeña capilla y todo lo que hay de él es una placa. Por eso algunos se preguntan por qué en México no hay un monumento en homenaje a Hernán Cortés, y la respuesta de algún presuntuoso y de alguna manera justa se dice que México no necesita de un monumento de Cortés porque México es el monumento a Cortés, el México mestizo de hoy.

P: ¿Hay personajes de ficción?

R: En el epílogo de la novela puedo dar el nombre de Abraham Bórquez, con esto te digo que no hay un personaje de ficción, aunque utilizo esa figura para la reflexión de Cortés, por lo demás son personajes históricos. Bórquez es un rapero alteño que murió a principios del siglo XXI, mayo de 2009. Que había vivido como migrante en Brasil y llegó a El Alto para encontrarse a sí mismo. Si tenía que encontrar a Martín el hijo de Hernán Cortés, era mejor hacerlo así. Se hace una especie de matrimonio entre el siglo XVI y el XXI.

“Dependerá del público que no sea la última novela que escriba”

P: ¿Cuándo nace la iniciativa de escribir novela?

R: No es el primer libro que presento, pero desde el punto de vista emocional, sin duda el libro más importante que he escrito en mi óptica. Independientemente de lo que opinen los críticos, o de los juicios de valor que de los otros libros puedan definir.

P: ¿Qué espera de la crítica?

R: Se trata de una novela, que es mi primera novela, y dependerá del público que no sea la última, esperaré más el juicio de los lectores que la crítica que eventualmente pueda ser dura y suficientemente profunda. Lo importante es que una obra literaria, una novela tenga repercusión en quien la sigue, la lee, la disfruta e interpreta.

P: ¿Por qué el título del Soliloquio del Conquistador?

R: Cierto, muchos se preguntarán por qué el título, por qué escoger una palabra un poco complicada, porque se quiere representar exactamente la diferencia entre el soliloquio y un monólogo. Soliloquio es para decir lo fácil reflexión en voz alta, que no es lo mismo que un monólogo, y esa reflexión en voz alta es lo que hace el protagonista de mi novela.

P: ¿Qué es lo más importante de su novela?

R: Muestro varios pasajes históricos, pero lo más importante es la historia de Cortés y Malinche. Es un monólogo largo de Cortés, pero hay dos personas que hablan, será Marina que le contestará y Bórquez. Para mí Marina es la primera gran mujer americana y protagonista de un hecho histórico, es imposible entender la conquista española de México sin Marina ni Cortés juntos.

P: ¿Quién le ayudó con el título o se inspiró?

R: El título de la novela le debo a Juan Ignacio Siles (excanciller), además es una de las cinco personas que la leyeron antes de publicarla como mi madre Teresa Gisbert, mi esposa Elvira Salinas y Mauro Gumucio y Ximena Valdivia.