El presidente de EEUU, Barack Obama, defendió la regularización de unos cinco millones de inmigrantes indocumentados que viven más de cinco años en ese país y prometió que no serán deportados, además que podrán acceder a un permiso de trabajo. Esta reforma provisional, sin la aprobación del Congreso, se considera como la mayor de las últimas décadas en el sistema inmigratorio de ese país.

"Este trato no aplica a quien haya venido a este país recientemente. No aplica a quien pueda venir ilegalmente en el futuro. No otorga la ciudadanía, o el derecho a quedarse permanentemente, ni ofrece los mismos beneficios que reciben los ciudadanos. Solo el Congreso puede hacer eso. Todo lo que estamos diciendo es que no los vamos a deportar", sostuvo.

LOS BENEFICIARIOS Los principales beneficiarios del anuncio serán inmigrantes indocumentados que llevan más de cinco años en EEUU y que tienen hijos que son ciudadanos del país o residentes legales, que demuestren que llevan en el país desde antes del primero de enero de 2010 y no tengan antecedentes criminales y estén dispuestos a pagar impuestos. Según el proyecto, estos indocumentados evitarán la deportación por tres años y obtendrán un permiso de trabajo.

“Si usted cumple con los criterios, puede salir de las sombras y estar amparado por la ley. Si usted es un criminal, podrá ser deportado. Si va a entrar en EEUU ilegalmente, han aumentado las posibilidades de que sea capturado y enviado de regreso”, dijo.

La prioridad, según explicaron las fuentes de la Administración de Obama, será deportar a los responsables de crímenes graves y las personas que han llegado en los últimos meses.

Otro aspecto central del plan de Obama es facilitar a los estudiantes extranjeros de carreras tecnológicas y científicas en universidades de EEUU que se queden en este país una vez terminados los estudios. Las grandes empresas de Silicon Valley se quejan de esta fuga de cerebros a la inversa, que ayuda a competidores en el sector tecnológico de otros países.

Asimismo, anunció que reforzará la seguridad en la frontera sur y facilitará que ciertos trabajadores altamente cualificados permanezcan en el país.

Más datos.

La situación

De los cerca de cinco millones de inmigrantes indocumentados —la mayoría de origen latinoamericano— que podrán beneficiarse del plan de Obama, cuatro millones son padres de ciudadanos estadounidenses o residentes.

Una batalla

Las medidas, que Obama adopta sin el apoyo del Congreso, abren una batalla sobre los límites del poder presidencial y el futuro multiétnico de la primera potencia mundial. Anteriormente asumió una reforma sanitaria y medidas para la salida de la recesión.

Medida parcial

Los inmigrantes indocumentados que llegaron a EEUU antes de los 16 años pueden regularizar su estatus. Estos jóvenes son conocidos como dreamers o soñadores. No obtendrán un permiso de residencia definitivo.

Reforma del Congreso

Una reforma migratoria integral podría haber transformado de manera permanente el sistema de inmigración del país. Estas medidas son solo un paliativo, son más limitadas y frágiles por su carácter revocable.