Opinión Bolivia

  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
  • Actualizado 21:30

La influencia mutua en el liderazgo

La influencia mutua en el liderazgo
Introducirnos en una analogía entre el liderazgo como concepto tradicional y el liderazgo como concepto actualmente concebido, conduce a afrontar ciertas novedades producto de la evolución de las ciencias sociales, como también de las transformaciones generadas tras las revoluciones democráticas.

Bajo el paraguas tradicional se encuentra el concepto de R. M. McIver y C. H. Page, quienes consideran al liderazgo como “la capacidad de persuadir o dirigir a los hombres que se deriva de cualidades personales independientemente de su oficio”. Traducido el contenido encontramos al fenómeno poder y a las propiedades biológicas que identifican al líder. Emplea el poder como mecanismo de convencimiento y, sus dotes para resolver los problemas que suelen suscitarse en la vida política, componentes que, convenientemente utilizados en la pugna política han coadyuvado en la obtención de determinados objetivos.

Sin embargo, esta tesis en actuales tiempos, ya ha sido –no diré sustituida- innovada por otra científicamente más robusta. Es así que emerge –además- otro sentido y alcance. Coloca al liderazgo en una esfera donde se combinan múltiples papeles, pautas que el líder debe seguir o manejar eficaz y eficientemente con tal de identificarse con el rol que desea desempeñar a efectos de conseguir lo que se propone: Uno, la capacidad de interactuar con su entorno para juntos trabajar hasta cumplir con la misión que se hace o recibe; dos, sus cualidades, carácter, personalidad y habilidades propias como instrumentos y mecanismos para motivar fuerza y capacidades dinámicas que movilicen los recursos con que se cuenta; y tres, el papel de generar y alimentar las expectativas de quienes lo siguen, ingrediente vital a la hora de construir resultados positivos que en prospectiva incitan logros futuros promisorios.

Vale destacar este último punto. Tradicionalmente el líder era uno, un único guía, una idea y postura unilateral; ahora el punto de vista de liderazgo se ha modificado: es global; es decir, que “todos los que guían también son guiados” (G. Simmel). En ese entendido, el líder no debe perder de vista que él y seguidores conviven en un espacio en que se influyen mutuamente, el influjo es reciproco; ambos se complementan. Este punto clave tomado en cuenta, convierte a los seguidores en colaboradores fieles y aceptan su autoridad, reconocen consciente y espontáneamente a su líder como centro focal decisivo en la conducción de la actividad política hacia la causa común que se persigue. Ojo.