Exclusión educativa
06 de mayo de 2014 (20:35 h.)
Solo el 38 por ciento de niños y niñas con discapacidad asiste a la escuela, según el informe político de la Campaña Mundial por la Educación, que se celebra esta semana.
En contraste, el 95 por ciento de la población de 6 a 11 años asiste a centros educativos en Bolivia.
La exclusión educativa de niños, niñas y adolescentes con discapacidad se incrementa en el nivel secundario y en niveles superiores.
El Censo de Centros de Educación Especial estableció en 2010 que solo el 1.9 por ciento de los estudiantes accedió a la secundaria. De los 138 centros de educación especial de Bolivia, 118 cuentan con condiciones para atender a personas con discapacidad y solamente 12 tienen el nivel secundario.
Los centros educativos en general tienen que ser inclusivos y aceptar entre sus estudiantes a personas con discapacidad, en lugar de aislarlos en centros especiales.
No obstante, los niños, niñas y adolescentes con discapacidad requieren de centros especializados para aprender a valerse por sí solos y recibir refuerzo escolar, cuando asisten a la educación regular.
Actualmente, la falta de acceso a la educación hace a las personas con discapacidad más vulnerables a abusos, explotación, violencia física y psicológica, discriminación y otros prejuicios que prevalecen en la sociedad.
Además, la falta de preparación margina a las personas con discapacidad del ámbito laboral.
Es importante destacar los avances en la inclusión pues el número de estudiantes con discapacidad aumentó de 6.800 en 2002 a 17.000 estudiantes en 2013; mientras que los maestros capacitados para trabajar con estos grupos aumentaron de 678 a 1.300, en los últimos 11 años.
El Ministerio de Educación pretende que las personas con discapacidad intelectual reciban la mejor formación técnica posible. En cambio, para los estudiantes ciegos y sordos el reto es que vayan a la escuela plenamente y que puedan terminar la educación formal. Hay algunos bachilleres que asisten a la universidad, pero son muy pocos.
La Campaña Mundial por la Educación busca sensibilizar a la sociedad sobre la discriminación que sufren las personas con discapacidad. También pretende unir fuerzas entre la sociedad civil y los gobiernos para encarar acciones conjuntas y garantizar el ejercicio de los derechos de las personas con discapacidad, empezando por la educación.
En contraste, el 95 por ciento de la población de 6 a 11 años asiste a centros educativos en Bolivia.
La exclusión educativa de niños, niñas y adolescentes con discapacidad se incrementa en el nivel secundario y en niveles superiores.
El Censo de Centros de Educación Especial estableció en 2010 que solo el 1.9 por ciento de los estudiantes accedió a la secundaria. De los 138 centros de educación especial de Bolivia, 118 cuentan con condiciones para atender a personas con discapacidad y solamente 12 tienen el nivel secundario.
Los centros educativos en general tienen que ser inclusivos y aceptar entre sus estudiantes a personas con discapacidad, en lugar de aislarlos en centros especiales.
No obstante, los niños, niñas y adolescentes con discapacidad requieren de centros especializados para aprender a valerse por sí solos y recibir refuerzo escolar, cuando asisten a la educación regular.
Actualmente, la falta de acceso a la educación hace a las personas con discapacidad más vulnerables a abusos, explotación, violencia física y psicológica, discriminación y otros prejuicios que prevalecen en la sociedad.
Además, la falta de preparación margina a las personas con discapacidad del ámbito laboral.
Es importante destacar los avances en la inclusión pues el número de estudiantes con discapacidad aumentó de 6.800 en 2002 a 17.000 estudiantes en 2013; mientras que los maestros capacitados para trabajar con estos grupos aumentaron de 678 a 1.300, en los últimos 11 años.
El Ministerio de Educación pretende que las personas con discapacidad intelectual reciban la mejor formación técnica posible. En cambio, para los estudiantes ciegos y sordos el reto es que vayan a la escuela plenamente y que puedan terminar la educación formal. Hay algunos bachilleres que asisten a la universidad, pero son muy pocos.
La Campaña Mundial por la Educación busca sensibilizar a la sociedad sobre la discriminación que sufren las personas con discapacidad. También pretende unir fuerzas entre la sociedad civil y los gobiernos para encarar acciones conjuntas y garantizar el ejercicio de los derechos de las personas con discapacidad, empezando por la educación.