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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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ESCRITORES, PERIODISTAS Y CINEASTAS BOLIVIANOS VALORAN EL LEGADO CULTURAL Y HUMANO DEL NOBEL COLOMBIANO

Gabo, “cronista del paraíso y libertador de la palabra”

Gabo, “cronista del paraíso y libertador de la palabra”

El escritor y periodista colombiano Gabriel García Márquez, fallecido el jueves pasado en México, fue capaz de cifrar la maravillosa complejidad de Latinoamérica creando una literatura propia de alcance universal

Ese criterio comparten escritores, periodistas y cineastas bolivianos, que han reivindicado el extraordinario legado cultural y humano del Premio Nobel de Literatura de 1982, quien murió a los 87 años, por complicaciones pulmonares.
“Fue un observador agudo, un buen cronista, un reportero de lo real maravilloso. No creó un mundo: lo transmutó en palabras. Porque en América, aquí, donde nos ha sido dado vivir, sucede todo lo que sucede en Macondo”, afirma el poeta y periodista sucrense Gabriel Chávez sobre la obra de Gabo, a quien califica de “cronista del paraíso”.
Con palabras similares valora el autor cochabambino Edmundo Paz Soldán la vinculación de la obra del colombiano con América Latina. “García Márquez es un lenguaje, una voz, una mirada: nuestro continente es así, decimos. El territorio de lo extraordinario convertido en cotidianidad pura”, señala.
A esa condición de “cronista del paraíso”, y “lenguaje” el también novelista cochabambino Ramón Rocha Monroy agrega una no menos importante: la de “Libertador de la palabra”. “Como decía Carlos Fuentes, él fue un Libertador de la palabra, pero creo que nos dejó un legado importante al acercarse a su aldea (Aracataca) y convertirla en algo universal (Macondo)”, apunta Rocha

De su universalidad habla, asimismo, el escritor tarijeño radicado en Cochabamba Gonzalo Lema. “Es un hecho cultural de talla universal”, dice a fin de explicar la inmensidad de la obra de García Márquez.
PERIODISMO Sin estar reñida con su obra ficcional, la faceta periodística del autor de “Relato de una náufrago” merece valoraciones aparte.
“Gabo fue de los primeros periodistas latinoamericanos que comprendió que se puede escribir de otra manera. Que en las cosas mínimas a veces está la gran historia”, asegura el cronista boliviano-español Alex Ayala, quien llegó a conocer al Nobel colombiano en 2006, cuando hacía un taller de la Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), en Cartagena de Indias (Colombia)

Otro boliviano que lo conoció fue el cineasta orureño Diego Mondaca, quien estudió en la Escuela de Cine y TV de San Antonio de los Baños (Cuba), una institución que, al igual que la FNPI, fue creada por el autor de “Cien años de soledad”.
Mondaca lo conoció el día en que Evo Morales ganaba sus primeras elecciones presidenciales, en diciembre de 2005. De esa experiencia recuerda, además del interés honesto por lo que pasaba en Bolivia, la espontaneidad y la sencillez de Gabo .
Esa “contundente modestia” vindica Gonzalo Lema, a tiempo de apuntar que García Márquez “fue reconocido por su forma de vivir, por su forma de relacionarse con la política, sin confundirse con los políticos, por su atención a los problemas de Latinoamérica y el mundo”.  Su forma de vivir también explica su vocación reporteril, sostiene el periodista cochabambino Walter Gonzales, para quien el colombiano encarnó, como pocos, eso de que hacer periodismo “es la manera más divertida de ser pobre”.