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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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EL ESCRITOR PERUANO-ESPAÑOL REALIZA SU PRIMERA VISITA AL PAÍS, DONDE PASÓ PARTE DE SU INFANCIA, TRAS HABER GANADO EL NOBEL DE LITERATURA EN 2010

Mario Vargas Llosa llega a Bolivia en medio de polémica política

Mario Vargas Llosa llega a Bolivia en medio de polémica política



El escritor peruano-español Mario Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura, arriba este miércoles 22 a Santa Cruz para dar conferencias, conocer las misiones jesuíticas de Chiquitos y reunirse con el gobernador de esa región y candidato opositor a la Presidencia en las elecciones de 2014, Rubén Costas.

Vargas Llosa llega precedido de la controversia pública que el anuncio de su visita ha desencadenado, al calor de las inflamadas declaraciones que el presidente Evo Morales ha realizado en torno a la postura política y al pasado sentimental del literato.

Casualidad o no, el Nobel de Literatura arriba al país el mismo día en que se celebra un nuevo aniversario del Estado Plurinacional de Bolivia y a invitación de la Fundación Nueva Democracia, presidida por Óscar Ortiz, secretario de la Gobernación cruceña.

La llegada del novelista ha concitado también expectativa entre la comunidad cultural del país, sabedora de los ampulosos pergaminos literarios del autor de “La ciudad y los perros”.

Esta visita, la primera a Bolivia tras haber ganado el Nobel de Literatura en 2010, despierta un interés particular entre los bolivianos, por tratarse de un escritor que pasó parte de su infancia en Cochabamba, ciudad donde, por cierto, nacieron sus dos esposas.

POLÉMICA El Gobierno de Evo Morales ha manifestado su molestia ante la visita de Vargas Llosa, por el riesgo de que ésta sea aprovechada para desprestigiar su gestión.

“Tengo información de que estos días llega Vargas Llosa a Santa Cruz, como siempre para hablar contra Evo, contra el Gobierno, contra nosotros, contra Bolivia”, dijo el Mandatario a poco de confirmarse la llegada del escritor.

El novelista peruano ha criticado varias veces a Evo Morales, al considerar que su Gobierno no es una democracia y tiene orientaciones autoritarias.

Morales dijo que la llegada del escritor obedecería a “instrucciones” del exministro “gonista” Carlos Sánchez Berzaín, que hace parte de una estrategia montada desde Estados Unidos.

“Es su derecho que visite, pero Vargas Llosa viene a convocatoria o instrucciones de Sánchez Berzaín”, agregó Morales, en declaraciones recogidas por la agencia estatal ABI.

DINOSAURIO A su turno, el vicepresidente Álvaro García Linera tildó de "dinosaurio" del neoliberalismo a Vargas Llosa.

Sin dejar de reconocer que aprecia "mucho" a Vargas Llosa como literato y novelista, porque "tiene una calidad extraordinaria", García Linera aseveró que, a su juicio, "como ideólogo es una pena".

"Como político es un hombre fracasado, un dinosaurio que debería estar en un parque jurásico porque en el siglo XXI hablar de neoliberalismo es (como estar en) un parque jurásico que está en vías de extinción", dijo en días pasados.

"Lamentamos que sea un último especimen de un parque jurásico en vías de extinción porque eso son los liberales, los de pensamiento liberal en el mundo entero", agregó.

Evo Morales se ha referido, asimismo, al pasado sentimental de Vargas Llosa, al expresar su deseo de que el escritor lleve un ramo de rosas a la tumba de su exesposa, la boliviana Julia Urquidi, una vez que arribe al país.

"Si es cierto que Vargas Llosa se interesaba mucho por Bolivia, por la gente, ojalá que se dé tiempo de ir a visitar la tumba de la señora Julia y le lleve un ramo de rosas a una persona que tanto le ayudó", dijo.

Morales agregó que Vargas Llosa tiene derecho a visitar Bolivia, pero sabe que viene a reunirse con políticos del neoliberalismo, un modelo que, según dijo, no beneficia a las mayorías.

Apuntes



Organización

La visita de Vargas Llosa es organizada por la Fundación Nueva Democracia que dirige Óscar Ortiz, que tiene relación con la Fundación Internacional para la Libertad, de Vargas Llosa.

Coloquio

La agenda oficial de actividades del escritor comenzará la noche de este miércoles 22, para cuando está previsto un coloquio con el sector cultural de Santa Cruz, informó la Fundación Nueva Democracia.

Rueda y charla

Al día siguiente, en horas de la mañana, brindará una rueda de prensa y, en la noche, ofrecerá la charla "Desafíos de la libertad en América Latina".

Reunión con Costas

Para este mismo jueves 23 está anunciada la reunión que sostendrá con el gobernador cruceño, Rubén Costas, según confirmó Ortiz.

Misiones

Entre el 24 y el 26, Vargas Llosa hará un recorrido por las misiones jesuíticas de Santa Cruz, conocidas internacionalmente por haber sido declaradas Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Visita para destacar cultura

El Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, visitará algunos municipios de la Chiquitanía cruceña con el fin de promocionar la cultura y el arte barroco de las misiones jesuíticas de la zona.

Las misiones jesuíticas fueron construidas en los siglos XVII y XVIII para evangelizar a la etnia chiquitana. La Unesco declaró en 1990 "Patrimonio Cultural de la Humanidad" esas misiones, que son las únicas del Cono Sur que tienen las iglesias bien conservadas.

“Hay un intento muy difícil, porque el mercado internacional es muy exigente, de ir incorporando progresivamente a las misiones jesuíticas como destino turístico internacional”, señaló el escritor Carlos Hugo Molina Saucedo.

El fin de la visita del Premio Nobel a la zona es para trabajar por el posicionamiento del atractivo turístico y la riqueza de la cultura de la música barroca. Vargas Llosa tiene previsto visitar los municipios de San Javier, Concepción, San Ignacio de Velasco, Santa Ana y San José de Chiquitos, del 24 al 26 de enero.

El escritor vivió parte de su infancia en Cochabamba y aprendió a leer en La Salle

“Aprendí a leer a los cinco años, en la clase del hermano Justiniano, en el Colegio La Salle, en Cochabamba (Bolivia). Es la cosa más importante que me ha pasado en la vida”. Con esas palabras comenzó Mario Vargas Llosa su discurso de recepción del Premio Nobel de Literatura en 2010.

Tales palabras hablan de la centralidad que en la vida del autor de “La casa verde” ha ocupado su infancia en Cochabamba, ciudad a la que arribó en 1937, cuando apenas tenía un año, y de donde retornó a Perú recién en 1945.

No fue la primera vez que el novelista aludió a su infancia en Cochabamba, a la que se ha referido en discursos, artículos y libros.

“Semilla de los sueños”, artículo que publicó en la revista Letras Libres de noviembre de 2010, aborda con detalle los años en que repartía sus horas entre la lectura de historietas, los juegos infantiles, el colegio y los preparativos para la primera comunión.

“La casa de la calle Ladislao Cabrera, en Cochabamba, donde viví mis primeros años, tenía tres patios. Era de un solo piso y muy grande, por lo menos en mis recuerdos de esa edad, inocente y feliz”, escribe en el inicio del artículo. “Lo que es para muchos un estereotipo –el paraíso de la infancia– fue para mí una realidad, aunque, sin duda, embellecida desde entonces por la distancia y la nostalgia”.

La memoria del escritor es prodigiosa cuando le lleva a recordar cuáles eran sus principales pasatiempos en Cochabamba, además de la lectura. Escribe con una precisión capaz de retar a la del más consumado cochabambino.

“Las diversiones cochabambinas eran infinitas. Había los paseos a Cala Cala y a Tupuraya, donde la familia de la tía Gaby tenía una casita de campo, y las retretas de los domingos al mediodía, luego de la misa de once, en la Plaza, y las rojizas empanadas salteñas que ofrecía un restaurante de los portales”, puntualiza.

“El hermano Justiniano nos hacía cantar las letras”

Aprendí a leer cuando tenía cinco años –en 1941, pues–, en mi primer año de primaria del Colegio La Salle. Mis compañeros de clase tenían un año más que yo, pero mi mamá se empeñó en matricularme porque mis travesuras la volvían loca. Nuestro profesor era el hermano Justiniano, delgadito, angelical y con la cabeza blanca casi rapada. Nos hacía cantar las letras, uno por uno, y luego, cogidos de las manos, en rondas, deletrear, identificar las sílabas en cada palabra, reproducirlas y memorizarlas. De los coloreados silabarios con animalitos pasamos al librito de historia sagrada y por fin a las historietas, los poemas y los cuentos. Estoy seguro de que en esas Navidades de 1941 el Niño Dios depositó en mi cama una pila de libros de aventuras, de “Pinocho” a “Caperucita Roja”, del “Mago de Oz” a la “Cenicienta”, de “Blanca Nieves” a “Mandrake el Mago”.

Aunque los primeros días de clase lloré –mi mamá tenía que acompañarme hasta la puerta del aula de la mano–, pronto me acostumbré a La Salle, donde me llené de amigos. La abuelita y la Mamaé me engreían tanto (yo era el niño sin papá y eso hacía de mí el nieto y el sobrino más mimado de la familia) que alguna vez llegué a invitar a los veinte condiscípulos de mi clase –Cuéllar, Tejada, Román, Orozco, Ballivián, Gumucio, Zapata– a tomar té en la casa, para poder repetir en esos tres patios alguna película de masas. Y la abuela y la Mamaé preparaban café con leche y tostadas con mantequilla para todos.

Había diez cuadras exactas de la casa de Ladislao Cabrera hasta La Salle y creo que a partir del segundo de primaria mi mamá ya me permitió ir solo al colegio, aunque, por lo general, hacía el recorrido con algún compañero de la vecindad. Pasábamos bajo los portales de la plaza, donde estaba el estudio fotográfico del señor Zapata, padre de mi gran amigo Mario Zapata, compañerito de carpeta, periodista a quien veinte o treinta años después asesinarían en Cala Cala.