Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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EL PILOTO CATARÍ NASSER AL ATTIHAY GANÓ LA OCTAVA ETAPA. PESE A SU DESVENTAJA EN 1 HORA CON EL ESPAÑOL NANI ROMA EN LA GENERAL, EL CORREDOR SE PROPONE ACUMULAR MÁS VICTORIAS

El príncipe quiere la corona

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El piloto catarí Nasser Al Attiyah (Mini) desplegó ayer su gran habilidad al volante y brilló ampliamente en la prueba, en la que frenó el cronómetro a las 2 horas 32 minutos 57 segundos.

No cabe duda de que el factor estrategia ha sido crucial en una octava etapa ultrarrápida con escasos retos en términos de navegación. El objetivo fundamental para los aspirantes al título era posicionarse en la parrilla de salida de la novena etapa de hoy, que estará marcada por el protagonismo apabullante de la arena.

Ya sea por mala suerte o mala gestión, el líder de la general, Nani Roma, ha sufrido ayer dos pinchazos que le han relegado al sexto puesto del día, a 9 minutos 19 segundos del tiempo de referencia.

Peter (Stéphane Pehterhansel) está obligado a atacar a muerte para recortar sus 23 minutos 46 segundos de retraso en la general. El oriundo de Vesoul, Francia, ha rubricado la segunda mejor marca del día, arañando 8 minutos 7 segundos al líder de la general, aunque tendrá que salir hoy dos puestos por delante de él. Sin embargo, para ataques el que tendrán que lanzar Nasser Al-Attiyah y Carlos Sainz, dos aspirantes al título al mejor performer.

Frenético ha sido el duelo que han protagonizado los dos hombres, con victoria para el catarí, que ha firmado su triunfo número 18 en el Dakar, la primera en la presente edición. El catarí consiguió una ventaja de 1 minuto 12 segundos sobre Peterhansel y 2 minutos 36 segundos en relación al español Sainz.

En la general, Nani Roma ha perdido por tanto un tercio de su ventaja sobre Peterhansel, que se coloca ya a 23 minutos 46 segundos.

El sudafricano Giniel de Villiers conserva su tercera posición a 48 minutos 25 segundos de la cabeza, quedando pues al acecho del argentino Orlando El Orly Terranova, que salió cuarto ayer.

“Ahora tenemos que concentrarnos en atacar a tope y ganar el mayor número posible de especiales. El hecho de que hayamos ganado en una edición en la que todo el mundo pisa muy fuerte, demuestra que estoy aprendiendo a sacarle chispas al coche”, dijo el catarí Al Attiyah y resaltó que guarda grandes esperanzas para ganar la carrera.

“Aunque estamos lejos, no doy por perdido el podio. Todavía queda mucho camino por delante”, afirmó el piloto que apadrinó la presencia de los hermanos españoles Escalé, pero que no tuvieron la mejor suerte en la presente versión del Dakar más dura de la historia.