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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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Apellido a elección

Apellido a elección
Los hijos e hijas podrán llevar indistintamente el apellido de la madre o del padre en primer lugar. Esa una de las propuestas que plantea el proyecto de Ley Nº 546/2013-2014 del “Código de las Familias y del proceso familiar”.

La reforma establece también la posibilidad de que las personas lleven un solo apellido. Ojalá que esa norma se acompañe de un cambio en la sociedad ya que, por ahora, llevar un solo apellido aún es estigmatizante. Se ha logrado un gran avance en el reconocimiento del derecho a la identidad al permitir que la madre inscriba al bebé con el apellido del presunto padre, pero en esos casos el certificado de nacimiento lleva la aclaración del artículo 65 de la Constitución y la madre tiene que explicar ante cada funcionario público que el niño o niña no tiene padre.

También se podrá cambiar el orden de los apellidos al llegar a la mayoría de edad.

La propuesta pretende “despatriarcalizar y descolonizar” las relaciones de padres e hijos, según la diputada Marianela Paco, del Movimiento Al Socialismo (MAS), que impulsa la norma.

El proyecto de ley se ampara en el artículo 62 de la Constitución, que reconoce la igualdad de derechos, obligaciones y oportunidades de todos los integrantes de la familia.

El orden de los apellidos estará determinado por los progenitores y no afectará a las obligaciones que ambos tienen para la manutención, protección y cuidado de los hijos e hijas. Los legisladores también descartan que el uso indistinto de los apellidos genere conflictos, aunque los hermanos de padre y madre elijan distintos apellidos.

Asimismo, el proyecto de ley plantea el establecimiento de una “lista negra” de deudores de asistencia familiar. La lista estará a cargo del Consejo de la Magistratura y se establecerán sanciones para quienes incumplan con el pago.

Por otra parte, las uniones libres tendrán el mismo carácter que el matrimonio civil.

Los temas que modifica el Código de Familia son de gran interés y requieren de un detallado análisis que va más allá de la forma. Las reformas exigen un cambio en la concepción de la estructura de la sociedad y de una institución fundamental como es la familia.

También se tiene que ver la necesidad de evitar conflictos de herencias, de documentación y de otros que podrían derivar en pedidos de tutela a la justicia ordinaria, aumentando carga procesal a los sobresaturados tribunales de justicia.