Opinión Bolivia

  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
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Demagogia y mentira

Demagogia y mentira
Tanto la demagogia como la mentira son dos términos lingüísticos que íntimamente están asociados en su concepción que a veces el uno como el otro no podría existir cuando se trata de comentar sobre el comportamiento social del ser humano involucrado en la política y los negocios especialmente. Por lo tanto, debemos entender que la demagogia abarca necesariamente a todos los humanos que no pueden vivir sin demagogia ni mentira para conseguir sus propósitos deshonestos.

Esto no quiere decir que la mayoría de la gente esté involucrada en asuntos delictivos, pero sí lo está todo aquel dedicado a la política que considera a ella como un modus vivendi que para nada tiene en cuenta los altos intereses del pueblo y más bien piensa que él debe servir a los partidos políticos para encumbrar a sus dirigentes a un sitial muy alto donde con sus promesas demagógicas de servirse del pueblo convenciéndole que esos demagógicos tienen el derecho de “gobernar” en beneficio no del país, sino de sus intereses.

No puede existir demagogia sin mentira, y la mentira es el arma primordial de los políticos que a través de ella consiguen el poder insaciable y tiránico con el cual se convierten en dictadores que alegan constantemente ser un ejemplo y modelo de democracia. Mentira que propagan incesantemente hasta convencer a todos los incautos del mundo democrático y por eso logran sobrevivir en un mundo que ya tiene una amarga experiencia con la plaga antidemocrática que asola ciertas zonas geográficas de América Latina.

En nuestro país también tenemos penosa experiencia donde tiranuelos han manejado el país mediante la mentira demagógica que seduce a los ingenuos creyentes en teorías socialistas extremas convertidas en la práctica en dictaduras soberbias muy similares a las que arrastraron en épocas pasadas a pueblos enteros a la miseria económica y social que hasta hoy perduran como es el caso de Corea del Norte en Asia y Cuba en el Caribe, siendo lo peor de estos Estados irrespetuosos de los derechos humanos, la crueldad con la que abusan de sus propios pueblos. En el mismo camino existen Estados alineados en asociaciones políticas donde el abuso social y la perennidad del régimen son una realidad altamente sufrida por la población motivo de tal despotismo.

En nuestro país que en su trayectoria ha sufrido mucho con los regímenes despóticos, producto de políticos demagógicos asentados en los gobiernos de fuerzan irracional ya sea por golpes de Estado o de líderes políticos falsos que engañaron al pueblo emergente de la clase más humilde, hoy por hoy, todavía no ha logrado convertirse en una verdadera democracia.