El asesinato del conductor Hugo Vásquez Gonzáles causó tanta indignación en cientos de choferes de trufis y radiotaxis, de vecinos de Tirani y de otros barrios de Cochabamba, que la audiencia de medidas cautelares, de los tres asesinos confesos, tuvo que realizarse en la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) de la laguna Alalay, por razones de seguridad. La jueza cautelar Giovana Balderrama ordenó la detención preventiva de Joel Vargas Díaz (19), José Kevin Fernández Rivera (20) y Jonathan Gainza Flores (18), imputados por la Fiscalía por robo agravado y asesinato, en diferentes pabellones de la cárcel El Abra.

ENTIERRO Los restos del taxista fueron enterrados por cientos de personas. Una larguísima caravana de trufis de la línea 109, de taxis de la empresa Jacarandá acompañó el cortejo fúnebre. En casa de la víctima, en la zona de Tirani, fue celebrada una misa en la que un sacerdote católico lamentó la “muerte injusta de un hombre de bien”. Recordó que a pesar de sus pocos recursos, Hugo Vásquez se encargaba de mantener a sus dos hijos y a los tres hijos de su tía, cuya casa cuidaba. Hasta el último momento de su vida, Vásquez “no pensó en sí mismo, sino en esos cinco menores que lo necesitaban”, destacó el sacerdote. El féretro fue trasladado hasta la sede del trufi 109 y luego hasta la del radiotaxi Jacarandá, donde Vásquez trabajó. En la plaza Franz Tamayo hubo otra misa. Al llanto se sobrepuso la ira. La gente pedía a gritos cadena perpetua para los asesinos. Algunas personas pidieron pena de muerte. “Han contado lo que han hecho sin ningún arrepentimiento, hasta para matar a un perro uno debe sentir pena, pero estos tres no tienen corazón, no han sentido pena de mi hermano que les rogó que no lo maten por mis sobrinos. Y todo por dinero. ¿Cómo puede existir gente tan mala?”, clamó Roger Vásquez, el hermano de la víctima. Los restos de Hugo Vásquez fueron enterrados en el cementerio de Tiquipaya.

TAXISTAS ASESINADOS Mauricio Leoni, uno de los representantes de la Asociación de Radiotaxis Cochabamba (Aramco), dijo que un año ya lloraron por el asesinato de 9 taxistas y que hasta la fecha, en la historia de esa institución, ya se ha lamentado la muerte de 21 choferes en manos de delincuentes. “¿Cuántos más tienen que morir para que las autoridades aprueben el proyecto de instalar una plancha de policarbonato entre el asiento del chofer y el de los pasajeros?”, preguntó.

El director de Seguridad Ciudadana de la Gobernación, coronel Henry Terrazas, recordó además, el proyecto de la Policía, el Sistema de Implementación de Identificación Adicional de Vehículos (SIAVE), que buscaba reducir el índice de los delitos cometidos a bordo de taxis, trufis y taxitrufis, mediante el pintado del alfanumérico de las placas en el techo, las puertas, la parte posterior, el parabrisas delantero y el grabado en los seis vidrios de cada vehículo, para evitar que esas piezas sean desmanteladas y vendidas. Estos proyectos duermen desde hace varios meses en el Concejo Municipal de Cochabamba.