Un atentado a la vida de 205 personas, 95 de ellos niños, fue registrado entre el lunes y martes de esta semana en los hospitales Pediátrico y Maternológico del Complejo Hospitalario Viedma. “Podía haber derivado en la muerte”, fue la declaración de la directora del hospital del Niño Manuel Ascencio Villarroel, Rosalía Sejas.

Desde el lunes pasado varios cortes en los servicios fueron registrados, inicialmente se cortaron los servicios telefónicos de las oficinas de Administración y Dirección. Posteriormente, la llave de paso de agua fue cortada.

Y lo más grave, fue el cierre de las válvulas de 20 tubos de oxígeno para todo el hospital, los tubos llegan a un solo ducto que conduce el aire a las unidades de Terapia Intensiva y Emergencia. “Es la parte de atención más crítica de pacientes”, advirtió Sejas.

La autoridad explicó que esas válvulas sólo pueden ser cerradas manualmente y que la acción fue intencional y premeditada.

La administradora de los dos hospitales, Elizabeth Humérez, informó que los sistemas de alarma permitieron advertir de inmediato la falla. “Era imposible que el oxígeno se haya acabado porque se lo cambió 15 minutos antes”, explicó Humérez.

Asimismo, la oportuna intervención del equipo médico impidió que el hecho repercuta en la integridad de los pacientes.

Ambas representantes, junto al director del Maternológico, Rubén Arandia y la representante de Asesoría Legal presentaron la denuncia ante la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) para que sean las instancias policiales quienes determinen la autoría del atentado.

“La Policía se percató en terreno sobre lo que ha pasado”, dijo Sejas explicando que el mismo día los investigadores de la FELCC visitaron todos los lugares y posteriormente recomendaron sentar la denuncia.