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  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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LOS DEPÓSITOS DE MÁQUINAS DE JUEGOS, QUE SON DOS EN COCHABAMBA, YA NO ABASTECEN PARA LO CONFISCADO. LA AJ BUSCA MÁS AMBIENTES

Los dos depósitos ocultos de equipos clandestinos de juego

Los dos depósitos ocultos de equipos clandestinos de juego

Amontonadas, una encima de otra, en ambientes del tamaño de una discoteca albergan centenas de máquinas decomisadas por la Autoridad de Fiscalización y Control Social del Juego (AJ).

En compañía del director ejecutivo de la AJ, Mario Cazón, OPINIÓN visitó los depósitos. En Cochabamba hay dos y las direcciones no serán reveladas.

Para llegar al primero nos piden reservar y evitar el registro de fotografías de la fachada “por seguridad”.

Ingresamos, sacan las llaves y abren las puertas. Prenden las luces y se muestra el material decomisado. Han formado pasillos que permiten hacer un recorrido en medio de bloques altos con grupos de máquinas precintadas y exponiendo la fecha de intervención en las casas de juegos clandestinas y las abiertas, ambas ilegales. “Diciembre de 2012” y otras fechas se exponen en los armazones sellados según la fecha de incautación.

Para ir al segundo depósito avisan que es “un poco lejos” y emprendemos el camino. Lo mismo, evitar fotografías de afuera y guardar el lugar en reserva es el pedido.

La AJ está operando desde febrero de 2011.

La directora regional interina, Carla Villalta, informa que en los registros de decomiso se tienen en Cochabamba, sólo durante la gestión 2012, un total de 1.782 máquinas. Y en el primer cuatrimestre de este año decomisaron 361.

Cazón explica que entre 2012 y 2013 intervinieron 531 salas de juego y decomisaron 8.040 máquinas a nivel nacional.

“Es un negocio redondo. No pagan impuestos”, comenta Cazón mientras recorremos los ambientes donde las máquinas precintadas ya acumularon polvo y las que recién llegaron incluso tienen las placas sueltas.

De acuerdo a la explicación de las autoridades de la AJ las máquinas no se pueden devolver mientras los propietarios no concluyan los procesos. Aunque aseguran que en ningún caso se ha devuelto ni se hará porque ninguna casa de juegos, ni abierta ni cerrada, cumple con el requisito de contar con una licencia de funcionamiento según instruye la norma.

Pero mientras se realiza los decomisos en distintos ambientes, otras máquinas vuelven a aparecer. Aunque esto “ha disminuido”, según Villalta.

Para que los juegos continúen apareciendo existen factores como la no existencia de normativa que prohíba la internación al territorio nacional y el hecho de que los armazones o muebles “se construyen en Cochabamba” y según información obtenida de las autoridades y fuentes cercanas a las casas de juegos los equipos no son de propiedad de cada uno sino que son entregados para luego cobrar comisiones por las ganancias.

El director ejecutivo de la AJ explica que los responsables “ya no dicen nada”. La fuente, cuyo nombre se mantiene en reserva, explica que no se suceden reclamos porque las máquinas las pueden recuperar a través del contacto con “un proveedor a nivel nacional”.
LAS MÁQUINAS Por lo que se puede observar en los depósitos, las máquinas son una especie de computadoras que funcionan con tarjetas o placas.

Cada máquina puede tener precios que van desde los 300 dólares cuando se trata por ejemplo las tragamonedas que se instalan en café internets o puntos de llamadas. Y pueden llegar a costar hasta más de 5.000 dólares.

Se desconoce sobre la existencia de registros de internación de máquinas de juegos como tal. Pero no se descarta que este tipo de mercadería esté inscrito como televisores, computadoras u otros de los cuales puedan obtener partes como los monitores o las tarjetas para construir una máquina de estas máquinas.
LOS MUEBLES Los muebles observados en los depósitos tienen material de características similares a los que se utiliza incluso para fabricar mesas y sillas en el país. Hay material de fórmica, venesta y decorados en tonos dorados en los bordes. Esto puede hacerse en la ciudad.

El armazón se adapta para la instalación de tarjetas y todos los artefactos necesarios para el funcionamiento del equipo.

Las máquinas pueden ser mecánicas, electrónicas o también utilizan procesadores, tarjetas.

Otro ejemplo es el de las videorockolas para las que las carcasas se hacen en Cochabamba y lo importado es el parlante, el procesador y el monitor.

En el caso de las computadoras también se quitan las carcasas y quedan las tarjetas.

La Aduana desconoce si existen elementos que ingresan de contrabando.

Entre los decomisados en los ambientes alquilados por la AJ también hay mesas de juego para póker y blackjack, entre otros.

Ante la evidente falta de espacio la AJ regional informa que ya busca un tercer ambiente.

La destrucción está programada

La destrucción de las máquinas de juego decomisadas está programada para los meses próximos, una vez que se concluyan los procesos respectivos, según informa el director ejecutivo de la Autoridad de Fiscalización y Control Social del Juego (AJ), Mario Cazón.

Conforme a la Ley 060 de Juegos de Lotería y de Azar de noviembre de 2010 establece en el proceso sancionador que tras la intervención en una casa de juegos emiten un auto de apertura, le dan 10 días a los dueños para presentar descargos como la licencia de operaciones y si no existe se ratifica las sanciones, decomiso y sanción económica. Luego se cuentan 15 días para la resolución sancionatoria y en ese tiempo los propietarios pueden plantear un recurso de revocatoria. Pasa al director ejecutivo y si no están de acuerdo plantean un recurso jerárquico al Ministerio de Economía y Finanzas Públicas y si el Ministro resuelve también ratificar la sanción de la AJ aún pueden acudir a tribunales en Sucre. Si no cuentan con la licencia, responsables de las casas de juego no quedan al margen de sanciones “hagan lo que hagan”.

Todavía se desconoce el método de destrucción, la autoridad de la AJ explica que el mismo se debe realizar con presencia fiscal y de los medios de comunicación.

Un lugar probable es el botadero de K’ara K’ara.

Si se tratara de un decomiso por la Aduana en caso de contrabando, casos que no se conocen, la mercadería pasaría a manos del Ministerio del área para su disposición. En caso de vehículos y otros es posible luego entregarlos a la Policía u otras instancias públicas, pero con máquinas de juego no se sabe dónde podría destinarse.


Adulteran las máquinas para “perder dinero”

Responsables de la Autoridad de Fiscalización y Control Social del Juego (AJ) y fuentes cercanas a casas de juego manifiestan que las máquinas de juego en las casas clandestinas incluso están adulteradas para que los jugadores siempre pierdan el dinero que apuestan.

El consultor en Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC), Marcelo Durán, explica técnicamente que sí es posible, sin mucha dificultad, la manipulación de estos equipos.

P: ¿Existe la posibilidad de manipular las máquinas de juego para que la gente “siempre pierda”?

R: Claro que sí. Es como cargar los dados o adulterar las balanzas. Si son mecánicas es un proceso más simple pero si son digitales tienen un microchip con la programación del juego donde cambias la probabilidad disminuyendo la probabilidad (de ganar) y eso sucede porque no hay un control de esas máquinas, como un sello de garantía.

P: ¿Cualquier persona puede adulterar las máquinas?

R: Hay que tener un poco de conocimiento. Pero nada que no encuentres en internet.

P: Las máquinas de juego son como computadoras, tienen tarjetas, ¿cómo las adulteran?

R: Abres la máquina, sacas el chip y lo reprogramas. Es similar a como reprogramar un celular cuando viene bloqueado de fábrica.

P: ¿Quién debe controlar el funcionamiento de las máquinas?

R: La AJ, pero en realidad ellos controlan si el negocio es legal, no la máquina.

P: En Cochabamba no hay casas de juego legales, por tanto, si en algún momento se autoriza alguna, ¿la AJ podría intervenir en el control de las máquinas?

R: Es lo más seguro. En Chile sucedió lo mismo y tuvieron que crear una Unidad de Control de Máquinas con un sello de garantía, si no lo tenía la máquina no era garantizada.


La ley no prohíbe la importación de los equipos de juego

Las máquinas de juego como tragamonedas y otras no están prohibidas en su internación, ninguna norma lo restringe.

Conforme a los documentos de Arancel Aduanero de Importaciones Bolivia 2013 mercancía como juegos activados con monedas, billetes de banco, tarjetas bancarias, fichas o cualquier otro medio de pago, excepto los juegos de bolos automáticos (bowlings), pueden ingresar a territorio nacional con un pago del 10 por ciento de gravamen arancelario y sin la presentación de documentos adicionales para el despacho aduanero.

Esto significa que ni siquiera el contrabando es la vía directa para que en Bolivia puedan haber máquinas de juego. La regional de la Aduana informó que no hay ninguna restricción.

El Decreto Supremo 25870, Reglamento de la Ley General de Aduanas, en su artículo 117 referido al ingreso e importación de mercancías dispone las prohibiciones.

La normativa establece la restricción de ingreso de determinadas mercancías al territorio nacional.

El inciso d hace referencia a la prohibición de internación de mercancías “que atenten contra la seguridad del Estado Plurinacional de Bolivia y del sistema económico financiero del país” y detalla la restricción de billetes de lotería extranjera, imitaciones de monedas y billetes, sellos de correo u otros valores fiscales, excepto los catálogos numismáticos y filatélicos de cualquier naturaleza, armas, municiones y explosivos.

Según la norma vigente, la transgresión de lo dispuesto da lugar al decomiso y sanciones legales.

Las determinaciones incluyen restricción de ingreso de artículos usados de prendería, tales como prendas y complementos de vestir, zapatos, ropa de cama, mesa, tocador o cocina, mantas, alfombras, artículos de tapicería, trapos, cordeles, cuerdas y cordajes, desechos o desperdicios de cualquier materia textil.

Se exceptúan de la prohibición, las mercancías que se encuentran autorizadas para su importación por disposición de autoridad competente, como vehículos, partes y accesorios para vehículos usados o nuevos de acuerdo a norma.