Opinión Bolivia

  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
  • Actualizado 23:32

Injusta decisión para soldados bolivianos

Injusta decisión para soldados bolivianos

Presiones.

El reconocimiento de un supuesto delito, destroza convicciones y principios, y llevaría a gente inocente a un terreno donde la presión resulta una grave injusticia.

Las relaciones entre Bolivia y Chile están atravesando momentos complicados, en esta larga historia de desencuentros, a raíz de la posición chilena que persiste, desde hace más de 100 años, en no reparar la injusticia que determinó el asalto a la costa marítima boliviana y las consecuencias que ello tuvo con la guerra del Pacífico y luego con la imposición del Tratado de 1904.

La detención hace casi un mes de tres soldados bolivianos en la frontera con Chile, acusados por atentar contra la soberanía del vecino país y de ingresar con un fusil FAL, que uno de ellos portaba, ha generado una situación casi extrema, porque el escenario ha dejado el plano diplomático para escoger, por parte de Chile, el judicial, en lo que se puede considerar como una grave equivocación. Como está informada la opinión pública internacional, los soldados bolivianos cumplían una misión contra el contrabando, en cumplimiento de convenios bilaterales e internacionales, en los cuales se establece la lucha conjunta entre policías de ambos países con fines de combatir acciones delictivas.

El problema se ha originado en un exceso de las autoridades chilenas fronterizas al ordenar la detención de los soldados bolivianos y, que luego, ha derivado en políticas equivocadas de parte de La Moneda, para posteriormente llegar hasta un procedimiento judicial contra los tres soldados.

El lunes los soldados bolivianos acusados en Chile de cruzar ilegalmente la frontera rechazaron una salida alternativa al caso que ofreció la Fiscalía chilena, que comprendía que se declaren culpables y optaron por comparecer a un juicio ordinario oral. Dos de los soldados podían ser expulsados del territorio chileno admitiendo la comisión del delito. Al tercero que portaba el fusil se le propuso un juicio abreviado en el cual el acusado se reconoce culpable a cambio de un pena de tres años y un día de prisión, que tras ser dictada podía cambiarse también por la expulsión del país.

Los tres soldados al rechazar estos recursos u opciones procesales, expresaron su convicción de que no cometieron delito alguno porque se encontraban en una misión de lucha contra el contrabando, de acuerdo a las normas generales que rigen entre ambos países.

Las opciones o salidas legales que implican el reconocimiento de culpabilidad como un recurso que está presente en legislaciones procesales de algunos países, puede funcionar cuando el delito está presente y cuando los presuntos sindicados conocen que sus acciones transgredieron normas. Sin embargo, en otras ocasiones y, en este caso tan especial de los soldados bolivianos, el reconocimiento de un supuesto delito, destroza convicciones y principios, pero además llevaría a gente inocente a un terreno donde la presión del procedimiento guiado por la acusación, comprendería una grave injusticia.

En lo legal y conciencial no quedaba otro camino para los soldados bolivianos que ratificar su inocencia, pedir justicia y optar por el juicio hasta que los jueces chilenos los declaren inocentes.

Volviendo al plano de la controversia internacional, lo lamentable es que este asunto parece haber remontado la vía diplomática ingresando a una discrepancia que, ojalá se solucione en los mejores términos posibles dentro de la equidad y probidad de la justicia chilena para los soldados bolivianos, aunque en cuanto a las relaciones entre ambos países, ya experimentan mayores distanciamientos.