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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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EN EL LUGAR SE REFUGIAN CERCA DE 130 ESPECIES DE AVES MIGRATORIAS Y RESIDENTES

De 68 especies de mariposas del valle, 50 están en Alalay

De 68 especies de mariposas del valle, 50 están en Alalay

De 68 especies de mariposas que habitan en el valle cochabambino, cincuenta están en la laguna Alalay. La mayoría de ellas miden entre un centímetro y tres. Las mariposas Monarca, Vanesa y la Lecherita, por ejemplo, ayer revoloteaban cerca de los visitantes de uno de los ecosistemas más importantes de la zona urbana.

Los arbustos son un importante espacio para su reproducción. Caso contrario migran a otras zonas o se extinguen. Cada especie está asociada a una planta en particular. El biólogo especialista en el estudio de mariposas, Marcelo Aliaga, explica que por ejemplo la Vanesa escoge la planta de la malva.

Preservar la laguna Alalay es defender todo su ecosistema, es decir, el espejo de agua con su rica flora y fauna, pero también la colina de San Pedro, desde donde bajan aves, mamíferos y otros animales en busca de alimento.

Insectos, reptiles, roedores, aves, peces y microorganismos viven en Alalay en constante lucha contra su principal depredador que es el hombre.

En la laguna hay cerca de 130 especies de aves y por los menos 50 son residentes. Los animales llegan principalmente en verano desde el norte o sur del continente. Principalmente de Canadá, Estados Unidos, Argentina y Chile.

El biólogo especialista en aves José Balderrama asegura que ellas se encuentran en toda la cuenca y sus principales espacios de anidación son los arbustos y totoras.

Balderrama recuerda haber visto en el lugar a dos especies de pájaros carpinteros, atrapamoscas, el siete colores, la grulla y más de un centenar.

La presencia del espejo de agua es indispensable para la preservación de las aves. Desde las alturas las aves se guían por su reflejo para bajar a descansar en sus largos viajes y para alimentarse, principalmente de insectos.

El viernes, en el lugar se observaba principalmente patos y garzas, pero el mejor momento para apreciar a las aves es desde las 5.00 hasta las 7.00 de la mañana. A esa hora cantan y buscan pareja.

“Cuando desaparecen los focos donde ellas (las aves) están acostumbradas a descansar, alimentarse se corre el riesgo de que no logren llegar a su destino”, asegura Aliaga.

Uno de los problemas es que se desubican y cambian de destino. La bandada tiene como líder a un ave que ha sobrevivido a la anterior migración y conoce la ruta.

Otra de las presiones de las que son víctimas las aves es la contaminación sonora que las desvía de su destino “y las manda a lugares donde no pueden volver” asegura el biólogo.

Todos los animales del ecosistema de la cuenca Alalay sufren de la contaminación del agua y la acústica. Aliaga dice que la contaminación más seria es la de la acumulación de los metales pesados que llegan a través de las aguas residuales.

Los planes de recuperación  deben respetar ecosistema

Los especialistas Marcelo Aliaga, Jason Obergfell, Eric Martínez y Johnn Zambrana aseguran que los planes de recuperación de la laguna Alalay deben tener como uno de sus principales principios la conservación de todo el ecosistema.

La presencia de las totoras, arbustos, árboles nativos es importante porque permite la anidación de aves nativas y de las migrantes.

Aliaga recordó que tras el incendio de las totoras de la laguna se pudo ver una gran cantidad de huevos chamuscados. En los arbustos también las aves tejedoras preparan un sitio para sus crías.

El área de influencia es toda la cuenca, desde las partes más altas de las montañas, las orillas de la laguna y el espejo de agua.

Johnn Zambrana asegura que la protección de parte alta de la cuenca (San Pedro) se señala en la Ley de Medio Ambiente.

La laguna está llena de especies de aves porque tiene el ecosistema de un pequeño bosque, la ladera, la orilla, el agua y por eso tiene aves nadadoras, filtradoras zancudas, pájaros voladores, águilas del cerro, picaflores y otras. Los insectos están en los pastizales, son pequeñas avispas, abejas nativas, gran cantidad de hormigas.

Zambrana señala la necesidad de implementar un plan con licencia ambiental para mejorar la calidad de vida de las especies.

Debe darse cumplimiento a leyes que protegen Alalay

Existen tres leyes que protegen la laguna Alalay, la 2867, 3745 y la 1333. Estas deben ser cumplidas coinciden el representante del Foro Cochabambino de Medio Ambiente, Johnn Zambrana, y el coordinador del Comité de Preservación y Conservación de la laguna Alalay (Crempla), Eric Martínez.

Martínez por ejemplo señaló que los principales problemas identificados en el lugar fueron la contaminación del agua a raíz del ingreso de las aguas servidas que rebalsan el lugar y del ingreso de agua contaminada del río Rocha. Esto se habría impedido con el cumplimiento de la norma.

El biólogo Marcelo Aliaga considera que las leyes son estáticas, pero los ecosistemas son dinámicos. Cuando el ecosistema va cambiando sale de los parámetros de la ley.

Martínez asegura que se vienen dando pasos para la preservación del habitat desarrollando planes a largo plazo con la participación de las instituciones que conforman el Crempla.

La Alcaldía ha asumido tareas para su recuperación como la instalación de oxigenadores “para sanear el lugar”, dice Martínez.

Para mejorar la calidad de las aguas y salvar el ecosistema también se han adquirido las cosechadoras para evitar los problemas de la proliferación de macrófitas.

El cuidado de la biodiversidad es la prioridad del municipio

Uno de los principales objetivos de las autoridades municipales es la recuperación de ecosistemas de la laguna Alalay.

El responsable de la Secretaría de la Madre Tierra, Germán Parrilla, señala que se trabaja con la integralidad los componentes: la flora nativa, la vegetación terrestre y la acuática;  los vertebrados, las aves y todo aquello que involucra la laguna.

La autoridad señala que la recuperación de biodiversidad y de un ecosistema y vinculado a un macropulmón que es el cerro San Pedro.

Por esta razón en la zona este de la laguna no ha habido ninguna intervención. Es el lugar donde hay mayor cantidad de totoras y maleza. Esta zona es también de mayor vulnerabilidad porque es el espacio donde las aves nativas y migratorias anidan.

Entre los avances mencionados por Parrilla es la reforestación del perímetro externo de la laguna. En el lugar, brigadas de trabajadores del Plan Nacional de Emergencia plantan especies nativas.

Este proyecto de reforestación inició el 2011 y se ha hecho efectiva la forestación de ocho hectáreas.

La campaña se hizo extensiva a la empresa privada y a diferentes organizaciones para que apoyen en la campaña. Por ejemplo el Country Club es responsable de la zona este de la laguna.

Con el propósito de mejorar la calidad del agua, la Alcaldía implementará este año un sistema de tratamiento de aguas.

La autoridad exhortó al Servicio Municipal de Alcantarillado y Agua Potable que debe cumplir con el proceso de saneamiento de las aguas servidas para evitar los constantes rebalses.

Parrilla asegura que han dado pasos significativos para conservar el área.

El principal beneficio de la laguna es que aumenta la cantidad de humedad ambiental de Cochabamba. Esto además de combatir el cambio climático favorece a la salud y en especial a las personas que padecen de enfermedades respiratorias.