José Marín Forno, un médico cubano que trabajó por dos años en La Paz realizando cirugías gratuitas a pacientes bolivianos, arribó a la Terminal de Buses de Cochabamba, ayer a las dos de la madrugada, con el objetivo de quedarse en el departamento para proseguir esa labor. Sin embargo, fue víctima de dos delincuentes que lo atracaron a bordo de un falso taxi.

Un taxista de estatura baja y contextura rolliza lo abordó para ofrecerle sus servicios. El médico subió con sus pertenencias al vehículo plomo que llevaba un letrero de taxi y mientras lo hacía memorizó la placa: 2482-NRH. Le pidió al chofer que lo llevara a un hostal u hotel confiable.

El conductor manejó unas dos cuadras y sin decirle nada a su pasajero frenó en una esquina para que subiera al carro un hombre de raza negra. Pese a sus protestas lo llevaron detrás de la Terminal de Buses, por el sector de la colina de la Coronilla, donde lo despojaron de todo lo que llevaba: su maleta con ropa, pasaporte, su título de médico neurocirujano y licencia de médico, su computadora portátil (laptop), 500 dólares, Bs 1.000 y 2 teléfonos Blackberry.

Los delincuentes tiraron al piso al médico, lo golpearon a puñetes y patadas y el hombre negro quería matarlo con una pistola, pero su cómplice lo convenció de que no lo hiciera. "Me golpearon con la pistola en la mano, no sé lo que tengo, está hinchada y espero que las lesiones no me impidan seguir operando", comentó ayer en la fuerza anticrimen.

Luego que los delincuentes huyeran con el botín, el galeno bajó caminando hasta una caseta policial donde aguardó que amaneciera. Lo enviaron a pie al Comando de la Policía y allí le dijeron que fuera hasta la Fiscalía de la calle Valdivieso. "Una fiscal se apiadó de mí, me dio algo de dinero para que pudiera recibir por fax una fotocopia de mi pasaporte y habló con un fiscal de la Felcc para que me recibiera la denuncia".

El caso fue remitido a la División Propiedades donde el denunciante tuvo un impasse con los policías cuando ellos le preguntaron cómo había entrado al país. "Yo soy la víctima, ¿por qué me están investigando a mí?”, se molestó. Investigadores de la División Análisis Criminal constataron que la placa memorizada por el médico le pertenecía a un Suzuki de lujo y no a un taxi, por lo que presumen que la placa era falsificada. Empero, por la descripción física de los delincuentes, los policías ya tienen identificados a los sospechosos.