Opinión Bolivia

  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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En la partida de Gustavo Quinteros

En la partida de Gustavo Quinteros
En los ámbitos más altos del fútbol boliviano se desenvuelve un drama deportivo.        Gustavo Quinteros se retira del escenario bajo la sombra enorme de Xavier Azkargorta, casualmente en Bolivia y con una declarada disposición de hacerse cargo de la selección.

Quinteros se marcha con un récord de desastre, en que figura una victoria ahogada por un mar de empates y derrotas. Sería demasiado simplista juzgar a este técnico por tales resultados, sin tomar en cuenta el entorno de su trabajo.

Él ha demostrado con creces ser un excelente técnico de equipos de club, y, precisamente, se va llamado por uno de los más importantes de Ecuador, el Emelec.

Es ahí donde se debe mirar para hacer un juicio sobre el trabajo de Gustavo Quinteros.

Está demostrado que el éxito de un equipo de fútbol depende, en gran parte, del tiempo de entrenamiento y convivencia de los jugadores.

En Bolivia, tiempo y convivencia, además de otros factores, están reservados a los clubes. El equipo de la selección, se queda con los residuos que éstos le dejan: los clubes entrenan como equipos de futbolistas profesionales, la selección, de futbolistas reunidos para una pichanga de barrio. La reciente fecha de las eliminatorias fue elocuente, los jugadores llegaban a cuentagotas, aun cuando vinieran de los equipos bolivianos; casi, casi, algunos se saludaban en la puerta del túnel que desemboca en la cancha.

Con la conversión de los atletas en mercancías, sus dueños son los que los prestan al equipo nacional y por el tiempo por ellos mismos determinado.

Los dirigentes del fútbol boliviano son simultáneamente de la Asociación que administra la selección, y de la Liga, donde juegan sus clubes. Esta dualidad deviene en la preferencia de sus equipos (que son los que generan ganancias) sobre el seleccionado.

Quinteros no lo hizo bien, pero tampoco se le puede cargar todo lo malo.

Si la sombra de Azkargorta se materializa, seguramente pedirá las condiciones que no tuvo su antecesor. Después de todo así llevó a la selección a la Copa del 94.

Por otro lado, la calidad de jugadores de ese año no era superior a los de esta selección. Si los dirigentes son buenos, nuestro equipo será mejor.